
Los estudiantes costarricenses podrían perder el año escolar si cometen faltas gravísimas, afirmó el ministro de Educación, Leonardo Sánchez Hernández.
La medida empezaría a aplicarse en el 2026, luego de que el Consejo Superior de Educación (CSE) apruebe los cambios propuestos en el Reglamento de Evaluación de los Aprendizajes (REA).
La actualización del REA incluiría sanciones más severas que implicarían rebajos en puntos de conducta.
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En el caso de las faltas gravísimas, en el reglamento actual el rebajo va de 33 a 45 puntos; sin embargo, con el planteamiento del ministro se descontarían 50 puntos por la comisión o reiteración de una falta.
“El principal cambio (con respecto al REA vigente) es que ahora la nota de conducta será más clara, justa y proporcional. Se elevan los puntajes asociados a cada falta, pero no como un castigo mayor, sino para que exista una correlación directa y objetiva entre el tipo de falta y la acción correctiva que corresponde.
“Esto evita arbitrariedades, da seguridad tanto a estudiantes como a docentes, y convierte la disciplina en un proceso formativo donde cada consecuencia está clara y busca enseñar responsabilidad y respeto”, señaló el jerarca.
Aun cuando el puntaje que perderían los estudiantes por cometer estas infracciones sería mayor con la actualización del reglamento, Leonardo Sánchez sostiene que no se trata de sanciones más duras, sino de reglas más claras para que los alumnos sepan qué implica su conducta y cómo puede corregirla.
“El objetivo no es castigar más, es educar mejor”, defendió.
Las faltas gravísimas por las que un estudiante podría perder el año son:
1. Reiteración en un mismo curso lectivo de la destrucción de bienes del centro educativo.
El ministro comentó que se configuraría como falta gravísima cuando el estudiante repita la acción y aseguró que luego de hacerlo por primera vez se trataría de corregir.
2. Agresión física contra cualquier miembro de la comunidad educativa, desde el director hasta los estudiantes o sus familiares.
3. Ingestión reiterada de bebidas alcohólicas.
El jerarca explicó que en este caso, cuando la falta se detecta, el estudiante recibe acompañamiento y se le hace la advertencia de que no puede repetirse; no obstante, si persiste la situación, se convierte en una falta gravísima.
4. Consumir o portar de manera reiterada sustancias psicoactivas dentro del centro educativo o en actividades convocadas oficialmente. La falta aplica si el alumno lo hace utilizando el uniforme aun estando fuera del centro educativo.
La actualización del REA incluiría una nueva falta gravísima que no se contempla en el actual reglamento y está relacionada con casos de violencia, incluido el bullying y el ciberbullying.
5. Causar daño mediante manifestaciones de violencia, incluido el bullying o acoso, con comportamientos o conductas repetidas y abusivas que tienen la intención de agredir a una o varias personas estudiantes de manera presencial o utilizando las tecnologías de la información y comunicación, lo que se conoce como ciberbullying.
“Entonces, si usted llega y está publicando fotos de una compañerita que atentan contra su dignidad, o actos de violencia, etcétera, se llama al estudiante, se le dice que eso no está bien, que eso tiene implicaciones, se le da un acompañamiento, pero si vuelve a repetirlo ya tiene implicaciones”.
— Leonardo Sánchez Hernández
Las faltas gravísimas son las que provocan que se pierdan la mayoría de puntos en la nota de conducta, aunque las graves y muy graves también representan rebajos importantes.
En el caso de faltas graves, con la propuesta del ministro Sánchez el rebajo sería de 20 puntos. En el REA actual es de entre 11 y 19 puntos.
Están incluidas como faltas graves: daños a bienes del centro educativo, sustracción de pertenencias, falsificación de trabajos, consumo de alcohol o tabaco e ingreso bajo efectos de sustancias.
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En el caso de las faltas muy graves, correspondería rebajar 35 puntos de la nota de conducta. En el REA vigente se descuentan entre 20 y 32 puntos. En este caso, los estudiantes de secundaria que aprueban con nota de 70, también estarían en riesgo de perder el año si se quedan sin los 35 puntos de la nota de conducta.
Se considerarían faltas muy graves: destrucción de bienes, incitar al cierre del centro, portar armas u objetos peligrosos, consumo de drogas dentro del centro, discriminación o violencia física y psicológica.
Doble sanción antes de perder el año
De acuerdo con el jerarca del MEP, un estudiante que cometa una falta gravísima además de perder 50 puntos en la nota de conducta, queda fuera del centro educativo por 30 días naturales, tiempo en el que, aseguró, el alumno continuaría recibiendo materiales educativos.
En este caso, la persona no perdería el año, sino que tendría la oportunidad de regresar y realizar un trabajo socioeducativo que le permitiría recuperar la nota de conducta y así no quedarse.
“Él vuelve, pero qué es lo que pasa, que al tener 50 puntos menos, si quiere pasar el año tiene que hacer el trabajo socioeducativo y haber cumplido satisfactoriamente con acciones correctivas y formativas para que cambie la conducta, si no, él se queda y pierde el año”, explicó.
Para un docente de Estudios Sociales de un colegio al sur de San José, los trabajos socioeducativos representan una salida sencilla para muchos estudiantes, pues a su criterio, los jóvenes pueden pensar que aun cuando se queden en conducta “hay formas rápidas de solucionarlo”. Citó dos ejemplos: pintar un aula y escribir un ensayo en el que reflexione sobre su falta.
“La lógica no es excluir al estudiante, sino darle la oportunidad de reflexionar, reparar y regresar con un compromiso renovado. El objetivo es formativo: que entienda que cada acción tiene consecuencias, pero siempre con la posibilidad de corregir el rumbo”, comentó Sánchez.
El ministro advirtió de que si el alumno no realiza el trabajo socioeducativo al regresar a la escuela o el colegio, quedará aplazado en conducta, lo que implica que pierda el año.
Para el ministro, un trabajo socioeducativo, más que un castigo, es una oportunidad de aprendizaje en la vida real: “Un espacio para reflexionar, corregir y volver al centro educativo con una actitud renovada”.

Gabriela Valverde Murillo, socióloga y exdirectora de Vida Estudiantil del MEP, considera que actualmente es más efectivo que en los centros educativos se promuevan cosas qué hacer y participación de los estudiantes en diferentes campos para prevenir situaciones de violencia, en lugar de hacer más punitivo un reglamento de conducta.
“Lo cierto es que la complejidad y aumento de los problemas socioeconómicos que han aumentado en nuestro país, se extiende a los centros educativos y el abordaje también se ha dificultado”, reconoció.
En criterio de la exfuncionaria del MEP, la respuesta ante la indisciplina debe ser equilibrada e integral, pues no resulta lógico centrarse en el castigo, cuando se tiene claro que el origen de esos problemas no está en las aulas, ni en los niños, niñas y adolescentes.
