Madres de familia con limitaciones para estudiar fuera de casa ahora tienen una nueva oportunidad para concluir el bachillerato con el proyecto “Juntas al Bachi”, que impulsa la Fundación Tejedores de Sueños.
Este programa está dirigido a mujeres de escasos recursos que deseen obtener la secundaria. El plan ofrece clases y herramientas virtuales que estarían disponibles para que ellas hagan su propio horario.
“Muchas mujeres no logra sacar el bachillerato porque como cuidadoras les falta el tiempo o el dinero. Para ellas se creó ‘Juntas al Bachi’, un sistema que les permite estudiar cuando quieran , donde puedan y a su propio ritmo”, recordó Linda De Donder, directora de la Fundación.
En este esfuerzo también se alió la Fundación Sifais que impulsa la alternativa para las mamás que viven en las zonas de La Carpio, en San José; Herradura, en Garabito, y Birrí de Heredia; además de Bajos del Virilla, Los Guido de Desamparados, así como del cantón central de Limón y Upala.
“Muchas mujeres dejan el estudio para dedicarse a labores fundamentales en sus casas, por eso es una herramienta excepcional, que permite que ellas puedan seguir capacitándose y luego de que hayan terminado con sus obligaciones fundamentales para la sociedad puedan incorporarse a otras labores mejor remuneradas, por eso es que estamos supercontentas de esta alianza”, indicó Maris Stella Fernández, presidenta de Sifais.
El proyecto tiene el apoyo de la empresa Cecropia y el TCU 089 de la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica (UCR) por lo que habilitaron un sitio web desde donde las interesadas podrán recibir las lecciones o bien solicitar información al teléfono 8440 0303.
También tienen el respaldo de la Fundación para la Educación para mejorar la Planificación Familiar, de origen belga-inglesa y de la empresa Bayer.

El año anterior, al menos 9.000 mujeres se inscribieron en “Juntas al Bachi “, según informó la Fundación a La Nación en noviembre, seis meses después de que el programa saliera a la luz.
“‘Juntas al Bachi’” fue un impulso. Yo había querido salir a estudiar, pero no tenía quién me cuidara a los chicos. La mayor motivación es superación personal. Soy mamá y ama de casa y no tengo una profesión. Es una motivación personal y en el futuro espero que me sirva para conseguir trabajo, ya que nosotros cuatro dependemos de mi esposo y yo quiero ayudarle a él con los gastos de todos”, narró meses atrás Lizeth Tencio, de 32 años, una de las estudiantes del programa.
