La pandemia que obligó a cerrar las aulas convirtió a los papás en el gran apoyo de los maestros para no detener el proceso educativo.
La situación es más complicada para los padres de los más pequeños, pues estos apenas comenzaban a aprender a leer y escribir, paso fundamental para el desempeño en otras materias y para la vida misma.
Por esa razón, su apoyo es todavía más importante.
Evelyn Araya, asesora nacional de Español del Ministerio de Educación, ofrece a los padres de familia algunas recomendaciones para animar o apoyar la lectura y el proceso de lectoescritura desde el hogar.
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A leer
- Espejo: Es más fácil propiciar el gusto por leer cuando el menor observa en la familia esos gustos de forma genuina. Si es posible, lea también para que el niño lo vea.
- Tiempo: Conviene tomar un momento del día para leerle al niño en voz alta, puede ser antes de dormir o al despertarse. Al leer en voz alta, los padres pueden simular las voces de los personajes y dramatizar los ruidos, pues así es más emocionante para quien escucha.
- Aprovechar todo: Incentivar la lectura o comprensión de imágenes (por ejemplo, las que ofrecen las etiquetas de los productos alimenticios, afiches o anuncios publicitarios) y dialogar acerca del mensaje que transmiten esos íconos. También contribuye la escucha atenta de las letras de canciones, la observación detenida de dibujos o caricaturas y otro tipo de textos que se aprecian en el entorno.
La asesora de Español añadió que en la medida de las posibilidades, se debe contar con libros en casa o a mano ya que los textos de literatura (fábulas, poemas, cuentos, novelas, entre otros) cumplen una función esencial pues permiten que, desde temprana edad, las personas desarrollen el gusto estético o la valoración de la cultura.
También son importantes textos no literarios, los cuales abarcan otros temas de interés para la persona como artículos infantiles de corte histórico, cultural, deportivo o científico (por ejemplo, libros sobre dinosaurios, deportes, entre otros), entre otros.
Los libros en formato físico son importantísimos y permiten una aproximación afectiva más profunda del niño o la niña hacia el acto lector.
“En los casos en que sea posible, los libros en formato digital, presentes en bibliotecas digitales o de uso libre, también pueden servir como un complemento apropiado o fuente valiosa de inspiración para la lectura”, añadió.
- Sonidos: Jugar con los sonidos y, poco a poco, hacer ver a los niños y a las niñas que el lenguaje que hablamos de manera natural tiene una forma de representación gráfica. O sea, que, por ejemplo, los niños aprendan a relacionar el sonido de la palabra “manzana” directamente con el fruto.
- Aprovechar las experiencias orales en el hogar para potenciar la conciencia fonológica, es decir, de los sonidos. Por ejemplo, jugar a partir de palabras conocidas y del interés del menor. Luego, oralmente, al compás de palmadas y en conjunto, identificar cuántas sílabas o grupitos de sonidos tiene cada una. Si en la casa se cuenta con una tortuga de peluche. Entonces, los padres pueden inspirarse en ese objeto para aplaudir al tiempo que, verbalmente, se segmenta esa palabra en sílabas (Ej. “tortuga”: “tor-tu-ga”).
- Otra sugerencia es tomar una palabra de su interés y jugar a adivinar, oralmente, cuál sílaba tiene al principio, cuál al final o cuál en el centro.
Por ejemplo, un término como “tomate”, puede inspirar esta situación lúdica:
El padre puede preguntar al niño ¿Qué pasa si a “tomate” le quito “to” ?
-¿Cómo se escucha o qué queda?
La respuesta será: “mate”.
Puede continuar preguntando ¿Y qué pasa si a “tomate” le elimino el sonido “ma” ?
La respuesta será “tote”
-¡Muy bien! ¿Y qué sucede si a “tomate” le quito “te”?
Respuesta: Queda “toma”.
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Es fundamental, explicar despacio y en detalle, cada una de las instrucciones. Además, solicitarle al menor que explique con sus palabras qué debe realizar. Esto para determinar si las instrucciones han sido claras.
En caso de que existan detalles que no sean claros, con paciencia y poniéndose en su lugar, explíquelos de otra forma o clarifíquelos.
Conviene revisar si finalizó todo lo requerido o si, por el contrario, le faltó llevar algo a término, así como preguntar cómo se siente con lo que llevó a cabo y tomar en cuenta sus emociones.
Finalmente, hay que permitir que exprese lo que implicó el aprendizaje de ese día a través de un dibujo u otra creación espontánea.
¿Y la escritura?
- Para fomentar el aprendizaje de la escritura, el padre de familia o encargado del niño puede animar al menor para que copie en un cuaderno las letras de murales (sin leerlas).
- Se pueden crear disfraces de letras a partir de materiales concretos (por ejemplo, camisetas viejas o delantales con una letra pintada). Estos se pueden colocar y usar al tiempo que se cantan melodías (inventadas o aprendidas), que se refieran a las distintas letras. Es importante tomar en cuenta las distintas letras del abecedario, por ello, este tipo de actividad se puede efectuar varias veces.
- Mediante la utilización de libros, cubos, tarjetas con letras en mayúscula y minúscula, tanto en imprenta como en cursiva, se pueden elaborar juegos para que el niño o la niña trace, experimente y se familiarice con las letras. Siempre se debe resaltar la asociación que existen entre el sonido y su letra. ¿Recuerdan el ejemplo anterior de la palabra manzana? Así mismo.
- Se recomienda organizar un rincón o espacio en la casa (a la altura o alcance del niño o la niña), en el cual se peguen y observen letreros o cartelitos con distintas letras escritas en mayúscula y en minúscula que correspondan a un mismo sonido (Ej. M-m). En una pequeña mesita, ubicada en ese espacio, se pueden colocar materiales que podrían ser utilizados para que, de forma creativa, se juegue a copiar o a imitar el trazo de esas letras; por ejemplo: plasticina, una cajita con arena, hojas con crayolas o lápices de colores, entre otros.
- Si el niño o la niña parece estar escribiendo, es importante mantenerse pendiente y felicitarlo. Se debe aprovechar cuando realiza garabatos para conversar sobre la diferencia entre las letras y los números.
- Se puede orientar al niño o a la niña para que, en una hoja de papel y utilizando el dedo u otro material (lana, cordón largo), juegue a seguir la secuencia y direccionalidad del trazo de una letra que se haya extraído de una palabra que le guste”, explicó la especialista.
- Al niño o a la niña, se le puede entregar su nombre debidamente escrito (puede ser en cartulina u otros materiales de acuerdo con la creatividad de la familia). Luego, se le invita a copiarlo; o bien, si se cuenta con el material, a calcarlo en papel seda.
- En familia, se puede jugar a escribir un mensaje, carta u otro texto, a una persona significativa a la que quieran comunicarle algo de importancia. Se dirige al niño o a la niña para que se exprese con letras, palabras, seudoletras (garabatos), rayas, bolas, dibujos. Es importante estimular su esfuerzo e incentivarlo.