
En el marco del Día Mundial de la Prevención del Embarazo en Adolescentes, datos preliminares del Ministerio de Salud, basados en información del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), revelan una disminución en los nacimientos en mujeres adolescentes en Costa Rica.
Durante 2024 se registraron 4.055 nacimientos en adolescentes, frente a 4.560 en 2023, lo que representa una reducción aproximada del 11%. Salud no reveló cómo se comporta la estadística en este 2025.
La provincia de San José reportó la mayor cantidad de nacimientos con 921, seguida de Alajuela con 881 y Cartago con 424.
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En los últimos ocho años, la tasa de nacimientos en mujeres menores de 20 años ha disminuido de manera sostenida, pasando del 14,7% en 2017 al 8,8% en 2024.
El avance podría deberse, entre otros factores, a estrategias implementadas en el sistema educativo público, el apoyo socioeconómico a través de programas como Adolescente Madre del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y Avancemos del IMAS, así como el seguimiento especializado a madres adolescentes mediante la Dirección Nacional de CEN-Cinai. Estas acciones se han reforzado especialmente en las regiones Brunca, Caribe y Chorotega.
A pesar de los avances, el embarazo precoz sigue siendo un desafío para el desarrollo social y los derechos de las personas jóvenes.
En enero anterior, por ejemplo, los colegiales del país dejaron de recibir el contenido del programa de educación sexual, luego de que el Consejo Superior de Educación (CSE) acogiera por mayoría una propuesta de la exministra Anna Katharina Müller, para eliminar el Programa de Afectividad y Sexualidad Integral que se impartía desde el 2012 y fue reformado en el 2017.
De los seis miembros del Consejo que votaron en la sesión del 16 de enero, solamente Jorge Murillo Medrano, representante de la Universidad de Costa Rica, se opuso a eliminar este programa.
Educación y guías eliminadas
Con las modificaciones del 2017, el programa de Educación para la Afectividad Integral que se impartió hasta el 2024 planteaba diferentes abordajes por nivel.
En sétimo, los adolescentes veían temas como cambios biológicos y psicológicos que ocurren durante la adolescencia, diversidad de identidades de género, expresiones de género y las orientaciones sexuales.
Además, aprendían sobre manifestaciones de violencia en diferentes ámbitos: relación de pareja, familia, colegio, en la calle y en redes sociales. También se hablaba de medidas necesarias para su prevención y atención.
En octavo, los alumnos conocían sobre las relaciones impropias, vínculos desiguales y de poder entre un adulto y una persona menor de edad.
Los estudiantes de noveno año aprendían formalmente sobre métodos anticonceptivos, enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.
A partir de décimo, un docente de Psicología era el encargado de la asignatura de Educación para la Afectividad y la Sexualidad.
En estas clases los jóvenes recibían contenidos sobre derechos sexuales y reproductivos, relaciones coitales placenteras, sexualidad para personas con discapacidad, así como paternidad y maternidad responsables.
