Los trastornos alimentarios no discriminan por edad, pero son más fáciles de disimular cuando se superan los 30 años. A esa edad, la independencia permite excusarse diciendo “ya comí”, aunque no haya comido en más de 24 horas; o “no he comido en todo el día”, cuando recién acaba de tener un atracón y podría planear otro. Tampoco se extrañarán de escuchar comentarios de que están entrenando para una carrera, o que “le están poniendo” en el gimnasio.
Entonces, ¿cómo identificar un trastorno a esta edad y cómo apoyar a quien lo tiene para buscar soluciones? La Nación conversó con Rosanna Mauro Gómez, nutricionista especializada en trastornos de la conducta alimentaria (TCA), y con la psicóloga Marcela León Madrigal, investigadora de conducta alimentaria en la Universidad de Costa Rica (UCR).
Las señales

Estas son señales mencionadas por ambas profesionales:
- Como hay más poder adquisitivo, destinan dinero a suplementos, liposucciones, procedimientos detox, y ejercitarse.
- Evitan comer en público.
- Se quejan de su cuerpo.
- Comentan sobre cuerpos ajenos.
- Corrigen lo que otras personas comen.
- Hacen demasiado ejercicio.
- Cambios súbitos en el cuerpo.
“Todo bien con el ejercicio y con comer saludable, pero si todas las actividades fuera de tu trabajo son de ejercicio o de comida, y tu plata se te va solo en eso, eso es parte de una obsesión y no de una rutina sana”, expuso Mauro.
Sin embargo, León advirtió: “¿para qué queremos identificar a alguien con un trastorno? ¿Qué ganas con identificar? Se requiere más que eso para acompañar a la persona en el proceso, pero la persona tiene que estar dispuesta a reconocer y querer recibir esa ayuda.
¿Cómo apoyar a una persona con trastorno alimentario?
Lo primero es reconocer que esto no es culpa de la persona.
“Decir ‘nada más comé’ o ‘dejá de comer tanto’ no funciona. Eso más bien genera más separación entre la persona y quienes están acompañando. La persona se va a esconder más”, añadió Mauro.
La especialista señaló que ofrecerse a buscar ayuda o acompañar a la primera cita con un profesional puede ser muy útil.
Para León, estar ahí para escuchar a la persona sin juzgarla y acompañarla en sus actividades favoritas también puede ser de ayuda.
¿A quién acudir?
Ambas especialistas aseguran que la Caja Costarricense de Seguro Social no tiene política institucional, ni protocolos ni lineamientos: “se está trabajando en eso, pero todavía no se tiene”, afirmaron ambas.
Los servicios privados surgen como opción, pero es necesario cerciorarse que tanto el profesional en nutrición como el de psicología deben estar especializados, no basta con un título general. “Es como hacerse cirugía plástica con un médico general”, dijo Mauro.
En la Psicología hay incluso no profesionales que ofrecen atención: “a la gente se le ha hecho muy común decir que trabajan en conducta alimenticia y ¡se jalan “unas tortas”! Hasta coaches se ponen a trabajar en eso, yo sé que tienen buenas intenciones, pero en este caso pueden hacer mucho daño.
Mauro y León enfatizaron que superar un TCA es un proceso que tomará tiempo, pero sí da resultados.
“De la misma forma en la que uno no saca una carrera universitaria en una clase o en tres meses, uno no puede superar un TCA en una clase o en tres meses”, dijo Mauro.
León concluyó: “hay gente que te pregunta que si en tres citas estás o que si pueden venir cada dos o tres meses. Así no funcionan las cosas, es un proceso que sí funciona, pero se necesita de tiempo y de más de un profesional”.
