La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) y el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), definirán este martes si el Parque Nacional Volcán Poás debe mantener cerrado el acceso de visitantes o si ya es seguro volver a recibir turistas, con algunas medidas de precaución.
Según dio a conocer la CNE este lunes por la tarde, con el cierre decretado esta misma mañana se busca realizar un monitoreo de 24 horas continuas para analizar las señales y mediciones que se puedan realizar en el coloso, a fin de determinar su nivel de actividad y futuras acciones de respuesta.
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Ese ente recordó que el volcán permanece en alerta verde desde el 1.° de marzo, lo que significa que una vez que se habilite el acceso, se mantendrán medidas como el aforo de solo 56 personas por turno al mirador principal del cráter, así como el cierre del sendero a la laguna Botos, la reducción del tiempo de estadía y la utilización de cascos.

Por su parte, el presidente de la CNE, Alejandro Picado, indicó que desde años atrás se han venido realizando trabajos de preparación en las comunidades aledañas y con el personal del Parque, ante la constante actividad del volcán, lo que permite mantener actualizados elementos como los mapas de riesgo, elaboración de protocolos, rotulación, pantallas de protección y otras medidas de seguridad ante una eventual erupción.
En comunidades como San Isidro y Cajón en Grecia, Varablanca en Heredia y los Comités Municipales de Emergencia de Alajuela, Poás, Grecia, Naranjo, Sarchí y Zarcero, se realizaron capacitaciones luego de los episodios eruptivos del 2017, en los que se valoraron los principales peligros, escenarios que se pudieran dar con el aumento de la actividad y cómo responder para salvaguardar la vida.
Según la información del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), las erupciones más importantes de las últimas horas se registraron el domingo a las 10 a. m. cuando se presentó una pluma de gases y ceniza que se elevó 200 metros sobre el cráter y 53 minutos después, una nueva erupción alcanzó los 300 metros de altura. En horas de la noche, los sismógrafos y sensores de infrasonido registraron 8 eventos sísmicos asociados a fracturas de roca, así como la emisión de vapor de agua, gases y aerosoles continua en forma vigorosa en el fondo del cráter.
