La red vial nacional de alta capacidad, que comprende las rutas más importantes del país, mantiene una buena condición estructural respecto a los últimos años, según un informe presentado este jueves por el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme).
De acuerdo con el informe, el 98% de las carreteras que conforman esta red presenta condiciones estructurales de capacidad (es decir que son aptas para soportar cargas vehiculares) buenas y aceptables.
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El Lanamme destacó que esta red, comprendida por más de 1.861 km de carreteras, representa rutas estratégicas, pues por estas se movilizan más del 80% de las importaciones y exportaciones del país, además conectan con los principales puertos, fronteras y zonas turísticas y productivas. Entre ellas, la ruta Interamericana Norte, la Interamericana Sur, Ruta 32 y la Bernardo Soto, entre otras.
Riesgo de derrape
Pese a la buena condición estructural, los expertos advirtieron de una condición presente en casi la tercera parte de las vías evaluadas que podría representar un riesgo para los usuarios.
Se trata de la capacidad en el “agarre superficial”, que evita que los vehículos derrapen o pierdan el control en condiciones de lluvia o frenado de emergencia.
Según el detalle, de un total de 1.325 km de carretera donde se evaluó esa condición, 417 km presentan una condición “aceptable” o “poco deslizante”, 590 km se definieron como en situación “deslizante” y 317 km como “muy deslizante”. Se agrega además que no hubo un solo tramo dentro de la red de alta capacidad que ocupara el rango de “no deslizante”.
¿Dónde se ubican?

Tal como se detalla en los mapas incluidos en el informe, carreteras como la Costanera sur, en el sector desde Osa hasta Palmar norte, la Interamericana sur, en la zona de montaña del cerro de la Muerte y entre Buenos Aires y Palmar, la ruta 10 (hacia Turrialba) y la ruta 4 en la zona norte, se encuentran entre las que presentan mayor cantidad de sectores con condiciones altamente deslizantes.
El ingeniero Roy Barrantes, coordinador de la Unidad de Gestión y Evaluación de la Red Vial Nacional del Programa de Infraestructura del Transporte (Pitra), explicó que es necesario que la Administración comience a realizar intervenciones en las que se contemplen técnicas y materiales para disminuir estas condiciones, tales como la colocación de tratamientos superficiales.
“Las administraciones, no solo esta, sino en general, nunca han atendido el tema de la resistencia al deslizamiento de forma específica. Existen técnicas que se han implementado a nivel internacional que se podrían implementar en Costa Rica y podrían generar una mejora importante en este parámetro (...) Nosotros hemos hecho un llamado a la Administración para que ellos, de alguna manera, hagan esfuerzos para implementar estas técnicas de tratamientos de preservación, que mejoren esta situación que estamos detectando de problemas de resistencia al deslizamiento”, agregó.
El ingeniero recomendó a los conductores, principalmente en rutas de altas velocidades de circulación y con resistencia al deslizamiento, mantener adecuada condición en elementos como neumáticos y frenos y respetar las señalizaciones viales, especialmente sobre los límites de velocidad.
Otras conclusiones
En el tema de la capacidad funcional, asociada con el nivel de servicio y el confort que perciben los conductores al transitar por estas vías, se indicó que el 19% de la red recibió la calificación “buena”, un 74% se identificó en condiciones regulares y cerca del 6% entre deficientes y muy deficientes.
Según lo presentado por el Lanamme, el 92% de las rutas con asfalto pueden mantenerse en buen estado con intervenciones preventivas de bajo costo como sellado de grietas o tratamientos superficiales, 6% requiere mejorar el Índice de Regularidad Internacional (IRI) y el 2% requiere de estudios más detallados por sus condiciones particulares.
Entre las recomendaciones generales presentadas en el informe, destacan la necesidad de ejecutar, “cuanto antes”, las acciones de mantenimiento recomendadas, implementar un sistema moderno de gestión de activos viales y realizar análisis detallados por tramo para definir las intervenciones más adecuadas.
