La Contraloría General de la República (CGR) le ordenó al Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) que brinde una exhaustiva rendición de cuentas en relación con la adquisición de un vehículo tipo SUV de lujo para el presidente ejecutivo de la institución, Juan Manuel Quesada Espinoza.
La acción se produce en medio de cuestionamientos sobre el uso de fondos públicos y la aparente desproporción en el valor del vehículo adquirido frente a las necesidades de la institución y la venta de un vehículo anterior por un valor significativamente menor al del mercado.

La solicitud de información, emitida el 2 de julio de 2025, mediante el oficio DFOE-DEC-4845, requiere al AyA la entrega de documentación detallada sobre el procedimiento de contratación pública 2025LD-000003-00214000, por el cual se compró una Toyota Land Cruiser Prado 2025 valorada en $92.886 (unos ¢47,5 millones).
Como parte de la transacción, el AyA entregó a una agencia de vehículos un Toyota Prado del 2017 por un valor de $18.600 (unos ¢9.400.000).
El pedido fue formulado por la División de Fiscalización Operativa y Evaluativa del Área de Investigación para la Denuncia Ciudadana de la Contraloría. El caso se tramita bajo el expediente 2025002846-1.

Entre los documentos solicitados por la CGR figuran copia certificada y cronológica del expediente de contratación, incluyendo toda la correspondencia generada, tanto formal como informal (correos electrónicos).
Como la adquisición implicó la entrega de una unidad ya existente, la CGR solicitó también el acta de Junta Directiva que aprobó el intercambio, copia certificada del avalúo del vehículo a intercambiar con sus documentos de respaldo, y la normativa interna que faculta al departamento y funcionario que realizó dicho avalúo.
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Del mismo modo, documentación relacionada con el pliego de condiciones y los documentos de respaldo del concurso y, finalmente, copia certificada del plan de adquisición de vehículos del período 2025.
La adquisición del vehículo para Quesada Espinoza generó controversia tras revelarse que el AyA compró un Toyota Land Cruiser Prado del año para Quesada Espinoza, a la empresa Purdy Motor, por la “necesidad de sustituir el vehículo asignado a la Presidencia Ejecutiva” para “atender las labores asignadas al cargo”.
El sindicato de trabajadores del AyA (Sitraa), a través de su secretario general, Mario Rodríguez Bonilla, ha criticado duramente la transacción, calificándola de “despilfarro de fondos públicos”.
“Desde Sitraa, nos parece excelente que desde la Contraloría se intervenga y solicite información en relación con la compra lujosa para el presidente Ejecutivo, Juan Manuel Quesada Espinoza, y además la entrega regalona de otra modelo 2017”, declaró este viernes Rodríguez Bonilla.
La polémica se intensificó al conocerse que, como parte del pago por el nuevo vehículo, el Instituto entregó un Toyota Prado modelo 2017 en $18.600.
Sin embargo, verificaciones en el mercado de vehículos usados indican que el mismo modelo 2017 se cotiza en precios significativamente más altos, oscilando entre ¢21.950.000 y ¢28.300.000, con un promedio de ¢22.279.000 (aproximadamente $44.000), es decir, más del doble del valor por el cual fue entregado por la empresa pública.
Rodríguez Bonilla ha manifestado que “prácticamente se regaló” el Toyota Prado anterior.
Además, el sindicalista ha señalado que mientras se incurre en estos “lujos” para la presidencia ejecutiva, persisten problemas de facturación y cobros “exorbitantes” que afectan a los abonados de la institución.
También ha denunciado gastos en otros bienes como zacate sintético, plantas decorativas de alto valor, pantallas, teléfonos tipo iPhone, tabletas electrónicas, escritorios y sillas nuevas en las oficinas del AyA.
El AyA ha defendido la compra, argumentando que el proceso de sustitución de vehículos responde a criterios técnicos y normativos, buscando optimizar la eficiencia operativa, reducir costos de mantenimiento y garantizar la seguridad del personal. Afirman que la gestión de estos procesos corresponde a la Unidad de Servicios de Apoyo y no a la presidencia.
