La cruz de La Sabana será sometida a un proceso de restauración, a cargo de la primera dama, Signe Zeicate. El proyecto pretende convertir el icónico monumento inaugurado en 1955 “en un espacio de paz y unidad familiar” en el Parque Metropolitano.
La cruz de La Sabana se encontraba deteriorada: sucia, con poca iluminación y algunos grafitis. Según la primera dama, la restauración nació de una inspiración “profundamente personal y colectiva”, mientras caminaba por la ciudad y escuchaba la historia de los símbolos.
En un video publicado el 20 de diciembre en redes sociales, la primera dama dijo que el Instituto Costarricense de Deporte y Recreación (Icoder) está a cargo de un plan para renovar todo el Parque Metropolitano, el más visitado del país. “Y yo sentí que empezar por la cruz podría ser un símbolo, casi una bendición para este proyecto”, expresó Zeicate.
El proyecto consiste en la restauración, pero manteniendo su diseño original. Se mejorará el espacio alrededor para crear un entorno de paz: con jardines, senderos de fe, iluminación para las noches y espacios con bancas para descansar, según se detalla en el video del despacho de la primera dama.
Se unieron más instituciones públicas y empresas privadas a la restauración del monumento. Entre los aliados, están Grupo Sur, El Banco Nacional (BN) y la Embajada de Italia.
Zeicate viajó a inicios de diciembre al Vaticano para invitar al papa León XIV a visitar Costa Rica. “Mi sueño es que un día los costarricenses puedan recibir la bendición del papa en la cruz restaurada”, añadió la primera dama.
Historia de la cruz de La Sabana
Según el sitio Mi Costa Rica de Antaño, la cruz de La Sabana fue inaugurada en el segundo Congreso Eucarístico de abril de 1955, bajo el arzobispado de Monseñor Rubén Odio Herrera. Se dice que fue colocada cerca del primer aeropuerto del país, de La Sabana, como símbolo de protección para los pasajeros.
En la páginam se explica que la cruz es parte de un simbolismo que conecta el cuerpo de Cristo con el paisaje costarricense. Por ejemplo, la cruz de Rancho Redondo simboliza la cabeza; la de Alajuelita y Heredia los brazos extendidos; la de Naranjo los pies, y la de La Sabana el corazón.
De acuerdo con Zeicate, la cruz fue “un regalo como un llamado a la reconciliación nacional, después de la guerra civil”.
En 1983, el papa Juan Pablo II bendijo a los costarricenses en este lugar. “Estas historias me hicieron sentir que este monumento merecía cuidado y respeto”, agregó Zeicate.
“Preservar nuestro patrimonio no es solo cuidar un monumento: es proteger nuestra identidad, nuestra memoria y los valores que nos definen como nación”, añadió.
Todavía se desconocen el monto de la inversión del proyecto y la fecha de finalización.
