
Abdul-Sattar Abu Risha era considerado ayer como un líder sunita estrecho aliado de las fuerzas de Estados Unidos en Iraq y como una muestra del éxito de la misión de las tropas en ese país.
Si Sattar Abu Risha es una medida del éxito de EE. UU. en Iraq, entonces Washington recibió ayer un duro golpe: el líder tribal sunita fue asesinado en la conflictiva provincia de Al Anbar.
Sattar, de 40 años, tuvo resultados positivos tratando de pacificar la revuelta provincia al crear una unión de jefes tribales decididos a combatir a al-Qaeda.
Según un artículo publicado en la versión electrónica del diario Asian Times antes del asesinato, el éxito en la pacificación de al-Anbar es atribuible a Sattar y su coalición de tribus, formada en el 2006 y llamada “Consejo de Soberanía de Anbar”. Satter Abu Risha habría dicho que decidió formar el Consejo y combatir a al-Qaeda luego de que mataron a su padre y dos hermanos. Es decir, señala el diario, su lucha era personal.
Se consideraba un iraquí nacionalista y, sin duda, a favor de devolver el poder a los iraquíes sunitas, y no era amigo del gobierno chiita de Nuri al-Maliki, pero se unió a ellos en la lucha contra al-Qaeda.
El 3 de setiembre, cuando el presidente Bush estuvo en Iraq, saludó al jeque. Quizá eso le costó la vida.
