
Bombardeos rusos causaron tres muertos y más de 60 heridos este miércoles en Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, mientras Rusia recrudece sus ataques diarios y las negociaciones de paz se mantienen estancadas.
Ucrania anunció también que había recuperado 1.212 cuerpos de soldados muertos en el frente, en una de las operaciones de este tipo más importantes desde la invasión lanzada por Moscú hace más de tres años.
Rusia indicó por su parte que había recibido los restos de 27 militares.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, pidió a sus aliados occidentales: “no tener miedo” y “actuar” tras los últimos bombardeos. Esto tendría que obligar a Moscú a “comprometerse en una diplomacia de verdad” para poner fin a la guerra.
“Depende sobre todo de Estados Unidos”, dijo en redes sociales.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha pedido en múltiples ocasiones que Moscú y Kiev se sienten a negociar para poner fin a este conflicto —el peor en Europa desde la Segunda Guerra Mundial—, pero se muestra reticente a imponer nuevas sanciones a Rusia.
Los últimos bombardeos en Járkov mataron a tres personas y dejaron unos 60 heridos, entre ellos nueve niños, según las autoridades regionales.
“Diecisiete ataques de drones enemigos fueron realizados esta noche en dos distritos de la ciudad”, publicó en Telegram Igor Terejov, el alcalde de la ciudad, situada a menos de 50 km de la frontera rusa, donde los ataques dejaron edificios dañados y autos calcinados.
“Nunca tuve tanto miedo en mi vida”, dijo una mujer mayor con la mirada perdida.
Otra vecina, Olena Jorujeva, aseguró que se precipitó al interior de su apartamento con sus hijos, lejos de las ventanas, cuando oyó los drones acercarse en plena noche.
Rusia intensificó sus bombardeos en las últimas semanas, pese a los intentos de negociar el fin del conflicto.
Ucrania, a su vez, no cesa de lanzar ataques contra el territorio ruso, pero pese a estos ataques, las tropas de Kiev tienen problemas en el terreno.
Canje de prisioneros “gravemente heridos”
El ejército ruso, que anunció el fin de semana que atacaba una nueva región ucraniana —Dnipropetrovsk—, dijo el miércoles que había enviado más tropas allí.
Esta región central limita con Donetsk, epicentro de los combates, pero los soldados rusos nunca habían penetrado en ella en lo que va de conflicto.
Las negociaciones directas entre Kiev y Moscú, celebradas en Estambul, Turquía, a principios de junio, concluyeron sin grandes avances, y Rusia rechazó los llamados a un alto el fuego incondicional. Ambas partes sí que aceptaron liberar aparte de sus prisioneros.
El acuerdo contempla la liberación de todos los prisioneros menores de 25 años, así como los enfermos o gravemente heridos.
El lunes y el martes efectuaron un gran canje de prisioneros de guerra, aunque ninguna de las partes ha comunicado el número de soldados repatriados.
Este jueves se prevé un nuevo intercambio con prisioneros de guerra “gravemente heridos”, indicó Moscú este miércoles.
Tras prometer en vano resolver el conflicto “en 24 horas” y reanudar los contactos con su homólogo ruso, Vladímir Putin, Donald Trump se ha desentendido del conflicto en las últimas semanas.
En alguna ocasión, ha comparado la invasión rusa de Ucrania con ‘niños pequeños peleándose’.
El Kremlin consideró este miércoles ‘poco probable’ que se logren ‘resultados rápidos’ en las negociaciones sobre la normalización de las relaciones entre Moscú y Washington, iniciadas tras el regreso de Trump a la Casa Blanca a principios de año.
