Washington. Sin titubeos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó a Rusia con imponer sanciones si no logra “de inmediato” un acuerdo para poner fin a la guerra en Ucrania.
Lo ha dicho en varias conferencias de prensa y a través de su red Truth Social. En uno de estos mensajes, advirtió al presidente ruso, Vladimir Putin, que enfrentará aranceles y sanciones si no logra un acuerdo inmediato para acabar con la guerra que libra desde febrero del 2022.
“Si no hacemos un trato, y pronto, no tengo otra opción más que imponer altos niveles de impuestos, aranceles y sanciones sobre cualquier bien vendido por Rusia a Estados Unidos y otros países”, declaró Trump.
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“Dicho esto, voy a hacerle a Rusia, cuya economía está fallando, y al presidente Putin, un FAVOR muy grande. Pónganse de acuerdo ahora y ¡PAREN esta ridícula guerra! SOLO VA A EMPEORAR”, escribió en mayúsculas.
El presidente también declinó aclarar si continuará con la política de su predecesor Joe Biden de enviar armas a Ucrania para enfrentar la invasión rusa, lanzada en febrero de 2022.
“Estamos examinando eso”, declaró en la rueda de prensa.
“Estamos hablando con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y pronto dialogaremos con el presidente Putin”, precisó.
Antes de asumir el cargo, el lunes, Trump prometió acabar con la guerra en Ucrania incluso antes de su investidura. Esto generó especulaciones sobre la posibilidad de que obligue a Kiev a realizar concesiones a Moscú. Sin embargo, en las últimas horas, endureció su postura hacia Putin.

El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Marco Rubio, declaró este miércoles que el país adoptará una “política exterior pragmática”. Según Rubio, en América Latina la prioridad será “la seguridad de las fronteras”, detener la migración ilegal y negociar la repatriación de migrantes en situación irregular.
Trump también prometió deportaciones masivas de migrantes indocumentados. Sin embargo, persiste la incertidumbre sobre la disposición de países como Cuba, Nicaragua y Venezuela para recibir a estas personas, así como el número que aceptarán otras naciones.
En el ámbito interno, Trump clausuró los programas de diversidad. Los empleados de estas oficinas quedaron en licencia administrativa remunerada, según confirmó Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, a través de la red social X.
Leavitt ratificó un comunicado de la Oficina Federal de Gestión de Personal, que instruyó a las oficinas DEIA (Diversidad, Equidad, Inclusión y Accesibilidad) informar a sus empleados sobre esta medida, que entró en vigencia de forma inmediata.
Polémica por sermón contra Trump
El presidente Donald Trump criticó a la obispa de Washington, Mariann Budde, por un sermón en el que la religiosa abordó “el miedo” que, según dijo, el mandatario sembró entre migrantes y miembros de la comunidad LGTBQ.
“Esta pseudoobispa era una radical de izquierda que odia a Trump”, escribió el miércoles en su red Truth Social.
“Tenía un tono desagradable y no fue convincente ni inteligente”, agregó el mandatario, quien calificó el oficio religioso como “muy aburrido y poco inspirador”.
“No es muy buena en su trabajo. Ella y su iglesia deben una disculpa”, afirmó.
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Durante la ceremonia, realizada en la catedral nacional de Washington, la obispa pidió al presidente, quien estaba sentado en la primera fila junto a su esposa Melania, que tenga “piedad”.
“La gran mayoría de los migrantes no son delincuentes”, le dijo. El mandatario reaccionó frunciendo el ceño.
Tras asumir el cargo, Trump anunció decretos enfocados en combatir la migración irregular y negó la existencia de personas transgénero.

‘No alineadas’
Trump busca vengar lo que considera una “traición” en las elecciones del 2020, cuando el demócrata Joe Biden resultó electo.
Por ello, ordenó a su equipo “identificar activamente y destituir a más de 1.000 personas nombradas por la administración anterior”.
Personas “que no están alineadas con nuestra visión”, explicó en Truth Social.
El mandatario aseguró que ya habían sido despedidas cuatro personas, entre ellas el exjefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Mark Milley, quien fungía como asesor, y la almirante Linda Fagan, designada por Joe Biden como jefa de la guardia costera de Estados Unidos.