
Washington, Estados Unidos. El presidente Donald Trump reafirmó este jueves su compromiso con una nueva ronda de aranceles aduaneros que entrarán en vigor el viernes 1.° de agosto, como parte de su política comercial proteccionista.
Aseguró que estas medidas harán que Estados Unidos vuelva a ser “grande y rico”, en momentos en que se agota el plazo para que varios países logren acuerdos bilaterales que les permitan evitar los recargos más severos.
“Los aranceles están haciendo que Estados Unidos sea grande y rico de nuevo”, escribió Trump en su red Truth Social, horas antes de que expire el último período de gracia otorgado para negociar.
“Hace un año, Estados Unidos era un país muerto, ahora es el país ‘más atractivo’ del mundo”, añadió en mayúsculas.
Los nuevos aranceles elevan significativamente las tarifas sobre importaciones provenientes de cerca de 80 países, incluidos los 27 de la Unión Europea (UE).
Los gravámenes se ubicarán entre un 11% y un 50%, dependiendo del país y del producto.
Algunos sectores estratégicos, como el aluminio, el acero, los automóviles y, a partir del viernes, los productos fabricados con cobre, enfrentarán los recargos más altos. Las importaciones de cobre bruto, sin embargo, quedan exentas, lo cual representa una buena noticia para países exportadores como Chile.
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Excepciones y acuerdos parciales
A pesar de los intentos de la Casa Blanca por concretar numerosos acuerdos comerciales, solo siete han sido anunciados formalmente hasta el momento, la mayoría de carácter preliminar.
Entre los países que han alcanzado arreglos figuran Japón, Corea del Sur, el Reino Unido, Vietnam, Indonesia, Filipinas y la propia UE, que consiguieron evitar los aranceles máximos.
México y Canadá, por su parte, siguen beneficiándose de las protecciones del Tratado México–Estados Unidos–Canadá (T-MEC), aunque México enfrenta incertidumbre adicional por la amenaza de un arancel del 30% como represalia por el supuesto escaso esfuerzo en el combate al tráfico de fentanilo, un opioide vinculado con la crisis de salud pública en EE. UU.
Brasil figura entre los países más castigados por la nueva política arancelaria.
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A partir del 6 de agosto, sus exportaciones estarán sujetas a un recargo general del 50%, con algunas excepciones como jugo de naranja, aeronaves, fertilizantes, metales preciosos y pasta de celulosa.
La medida se interpreta en parte como una represalia política por el juicio en curso contra el expresidente Jair Bolsonaro, acusado de intento de golpe de Estado tras perder las elecciones de 2022 ante Luiz Inácio Lula da Silva.
Preocupación económica
Los economistas han advertido sobre los efectos negativos de esta escalada arancelaria. Según el Laboratorio de Presupuestos de la Universidad de Yale, el promedio de los aranceles ya supera el 18%, el nivel más alto desde la Gran Depresión de 1933.
La Reserva Federal (Fed) indicó esta semana que el crecimiento económico de Estados Unidos se desaceleró durante el primer semestre del 2025, aunque el empleo se mantiene fuerte.
Sin embargo, la inflación podría verse impulsada por los nuevos recargos. Jerome Powell, presidente de la Fed, advirtió que ya se observan aumentos en los precios de bienes afectados por los aranceles.
La economista Kathy Bostjancic, de Nationwide, señaló que los aranceles están “socavando gradualmente la actividad económica”.
Por su parte, Samuel Tombs, de Pantheon Macroeconomics, estima que el crecimiento económico en el segundo semestre será inferior al 1% anualizado, mientras que el profesor Jason Furman, de Harvard, anticipa que la inflación podría subir hasta un 3%.
Pese a las advertencias de los expertos, la administración Trump considera que esta política fortalece la economía estadounidense y genera condiciones más favorables para futuras negociaciones comerciales.
