
Mineápolis, Estados Unidos. Dos niños fueron asesinados por un hombre armado que atacó una iglesia en Mineápolis (norte de Estados Unidos) el miércoles, y otras 17 personas resultaron heridas, entre ellas 14 menores, informó la policía.
El hombre armado, de unos 20 años, “comenzó a disparar un rifle a través de las ventanas de la iglesia hacia los niños que estaban sentados en los bancos durante la misa”, dijo a los periodistas el jefe de policía de Mineápolis, Brian O’Hara.
Los niños estaban celebrando la primera semana del año escolar cuando les dispararon en la iglesia Annunciation.
La iglesia se encuentra junto a una escuela afiliada en el sur de la ciudad, la más grande del estado de Minnesota.
“Dos niños pequeños, de ocho y diez años, murieron donde estaban sentados en los bancos”, dijo O’Hara, y agregó que otras 17 personas resultaron heridas, incluidos 14 niños.
Dos estaban en condición crítica.
El hombre armado disparó con un rifle, una escopeta y una pistola antes de quitarse la vida en el estacionamiento, según el jefe de policía.
El gobernador de Minnesota, Tim Walz, escribió en X que estaba “rezando” por los “niños y maestros cuya primera semana de escuela fue empañada por este horrible acto de violencia”.
Imágenes de video en vivo mostraron a padres en pánico recuperando a sus pequeños y huyendo, en medio de una importante respuesta de emergencia.
El FBI lanzó una investigación por terrorismo y crimen de odio contra los católicos, indicó su director Kash Patel.
“El FBI está investigando este tiroteo como un acto de terrorismo doméstico y crimen de odio contra los católicos”, afirmó Patel en X.
El jefe del FBI agregó que el agresor fue identificado como “Robin Westman”, un individuo “nacido hombre bajo el nombre de Robert Westman”.
El papa León XIV expresó que está “profundamente entristecido” y expresó en un comunicado “sus sinceras condolencias” a todos los afectados por esta terrible tragedia, especialmente “a las familias que ahora lloran la pérdida de un hijo”.

Una tragedia sin fin
“Esto fue un acto deliberado de violencia contra niños inocentes y otras personas que rezaban. La pura crueldad y cobardía de disparar en una iglesia llena de niños es absolutamente incomprensible”, reflexionó O’Hara.
“Nuestros corazones están rotos por las familias que han perdido a sus hijos, por estas jóvenes vidas que ahora luchan para recuperarse, y por toda nuestra comunidad que ha sido tan profundamente traumatizada por este ataque sin sentido”, agregó.
El ataque del miércoles es el último de una larga lista de tiroteos escolares en Estados Unidos, donde las armas superan en número a las personas y los intentos de restringir el acceso a armamento enfrentan un eterno estancamiento político.
“No digan que esto se trata de pensamientos y oraciones en este momento. Estos niños estaban literalmente rezando. Era la primera semana de escuela. Estaban en una iglesia. Estos son niños que deberían estar aprendiendo con sus amigos”, lanzó el alcalde de Mineápolis, Jacob Frey, en rueda de prensa.
“Deberían estar jugando en el patio. Deberían poder ir a la escuela o a la iglesia en paz sin temor o riesgo de violencia”, añadió.
El presidente Donald Trump dijo que había sido informado sobre el “tiroteo trágico”.
“El FBI respondió rápidamente y está en el lugar. La Casa Blanca continuará monitoreando esta terrible situación. ¡Por favor únanse a mí rezando por cada persona involucrada!”, agregó en su red Truth Social.
El ataque llega después de una ola de informes falsos de tiradores activos en campus universitarios de Estados Unidos mientras los estudiantes regresan después de las vacaciones de verano.
Con más armas de fuego en circulación que habitantes, Estados Unidos tiene la tasa de mortalidad por heridas a bala más alta de todos los países desarrollados.
Los tiroteos son un problema recurrente que los sucesivos gobiernos no han logrado frenar, ya que muchos estadounidenses siguen muy apegados a la tenencia de armas.
