Johannesburgo. 60 cuerpos de mineros clandestinos fueron recuperados en dos días de una mina de oro abandonada en Sudáfrica. La policía informó que el lugar estuvo cercado durante meses como parte de un operativo para desalojar a los ocupantes ilegales.
“En el segundo día de las operaciones, 106 mineros ilegales fueron rescatados y detenidos por explotación minera ilegal. 51 fueron declarados muertos”, precisó la policía en un comunicado. El día anterior, las autoridades habían recuperado los restos de nueve personas.
El dispositivo utilizado para descender al fondo de la mina, que tiene una profundidad de 2,6 kilómetros, operaba el miércoles en las instalaciones de Stilfontein, ubicadas a 150 kilómetros al suroeste de Johannesburgo.
Un reporte preliminar el martes había informado de 36 muertos. Las autoridades prevén que la operación dure un total de diez días para localizar a un número indeterminado de “zama zamas”, como se conoce en Sudáfrica a los mineros ilegales.

Desde agosto, más de 1.500 mineros clandestinos, la mayoría extranjeros, fueron detenidos en el lugar. “121 mineros ilegales ya fueron expulsados, incluyendo a 80 mozambiqueños, 30 sothos, 10 zimbabuenses y uno de Malaui”, detallaron las autoridades.
El acceso a la mina permanece acordonado por la policía en el marco de un operativo para arrestar a cientos de mineros clandestinos. Los “zama zamas” (“los que intentan”, en zulú) suelen llegar de otros países para trabajar sin permisos en Sudáfrica. Sus actividades son mal vistas por las empresas mineras y los habitantes locales, quienes las asocian con un aumento de la delincuencia.
Las autoridades fueron acusadas de intentar obligar a los mineros a salir a la superficie de lo que parece ser una pequeña ciudad subterránea. Desde noviembre, se redujeron los suministros de alimentos y agua que la comunidad local, dedicada a la economía informal, les llevaba.
