Moscú. El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, expresó este martes su satisfacción por algunas declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sobre el conflicto en Ucrania, aunque señaló que espera una “posición” más definida.
“Cuando el presidente Trump formule su postura sobre la cuestión ucraniana, por supuesto la estudiaremos”, declaró Lavrov durante una conferencia de prensa. El canciller ruso celebró algunos comentarios previos del republicano. “El simple hecho de que la gente mencione más las realidades sobre el terreno merece reconocimiento”, afirmó.
Rusia se mostró abierta a negociar un acuerdo para finalizar el conflicto en Ucrania, siempre y cuando las conversaciones consideren las “realidades sobre el terreno”. Esto implica que Rusia, con ventaja en el frente, no planea devolver el 20% del territorio ucraniano que controla tras casi tres años de enfrentamientos.
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Desde hace semanas se especula sobre las condiciones para posibles negociaciones de paz, sobre todo tras la asunción de Trump el 20 de enero. El presidente electo prometió resolver rápidamente el conflicto, aunque no especificó cómo.
Lavrov reiteró que el presidente ruso, Vladimir Putin, está dispuesto a reunirse con Trump, pero subrayó la necesidad de iniciativas concretas. También aplaudió las declaraciones recientes de Trump sobre las aspiraciones de Ucrania de unirse a la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN).
La semana pasada, Trump culpó al saliente Joe Biden de facilitar la adhesión de Kiev a la Alianza Atlántica, lo que, según él, contribuyó al inicio de la ofensiva rusa en febrero de 2022. En 2008, los países de la OTAN prometieron a Ucrania que eventualmente podría unirse a la Alianza.

Tensiones en sitios energéticos e industriales
El martes, un ataque ucraniano generó incendios en sitios energéticos e industriales de varias regiones rusas, según informaron autoridades de ambos países. Los bombardeos afectaron las regiones de Tartaristán y Saratov, ubicadas a cientos de kilómetros de la frontera con Ucrania.
En Briansk, cerca de la frontera, Ucrania reclamó un ataque con misiles contra una fábrica química en Seltso, que produce explosivos para el ejército ruso.
Según el Ministerio de Defensa ruso, el ataque incluyó misiles ATACMS y Storm Shadow, los cuales fueron interceptados sin causar víctimas. Sin embargo, fuentes del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) aseguraron que los misiles impactaron directamente el lugar, generando un incendio significativo.
La misma fuente informó sobre ataques adicionales contra una fábrica química en Tula, cerca de Moscú; un depósito de municiones en Saratov; y una refinería de petróleo en la misma región. En las afueras de Kazán, Tartaristán, autoridades rusas reportaron que un dron ucraniano incendió un depósito de gas. Las autoridades locales informaron en Telegram que no hubo heridos.
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Andréi Kovalenko, del Centro de Lucha contra la Desinformación de Ucrania, se mofó de las “deficiencias” del sistema de defensa antiaéreo ruso. “Refinerías, depósitos y fábricas son esenciales para el ejército ruso; sin ellos, no podrá combatir intensivamente”, dijo.
Rusia prometió responder sistemáticamente a cualquier ataque con misiles occidentales en su territorio y amenazó con atacar el centro de Kiev o emplear su misil hipersónico experimental Oreshnik.
El conflicto se intensifica antes de la investidura de Trump el 20 de enero. Ambos bandos buscan una posición de fuerza antes de las negociaciones. El martes, la fuerza aérea de Ucrania informó haber derribado 58 drones rusos. En Járkov, un hombre de 52 años murió por ataques de artillería rusa.
En el frente, las tropas rusas reivindicaron la toma de Terny y Neskuchne, localidades liberadas previamente por Ucrania en 2022 y 2023.
