
Londres, Reino Unido. El mercado petrolero reaccionó con cautela tras el ataque estadounidense contra Irán el fin de semana. Pese a la magnitud del bombardeo, los precios apenas se movieron, reflejo de que, por ahora, los operadores descartan un escenario catastrófico como el cierre del estrecho de Ormuz, paso crucial para el tránsito del 20% del crudo mundial.
Aunque el precio del petróleo registró un leve repunte al inicio de la jornada de este lunes, pronto volvió a estabilizarse en torno a los $77 por barril para el Brent del Mar del Norte, el principal referente internacional. Incluso, durante algunas horas, cayó a terreno negativo.
Por ahora, el tránsito de buques petroleros a través del estrecho de Ormuz —que conecta el golfo Pérsico con el de Omán— no muestra señales de haber sido afectado por Teherán.
“Las imágenes satelitales sugieren que el petróleo sigue fluyendo, lo que explica la reacción moderada del mercado”, señaló Ipek Ozkardeskaya, analista de Swissquote Bank.
Cada día, más de 20 millones de barriles de crudo cruzan este angosto paso de unos 50 kilómetros de ancho y no más de 60 metros de profundidad.
Esa cifra representa una quinta parte de los flujos petroleros globales y un tercio del tráfico marítimo de hidrocarburos, principalmente destinados al mercado asiático.
Un cierre del estrecho sería una “pesadilla absoluta” que dispararía los precios, advirtió Arne Lohmann Rasmussen, de Global Risk Management. Ole Hvalbye, analista del banco SEB, fue más específico: “El barril de Brent superaría con facilidad los $100”.
Irán modera su respuesta
“Ormuz está altamente vigilado por la comunidad internacional, en especial por la Marina de Estados Unidos”, recordó Hvalbye. Por eso, considera muy poco probable un bloqueo prolongado.
Sin embargo, el experto no descarta ataques selectivos contra embarcaciones occidentales mediante pequeñas lanchas, minas o misiles.
Aunque Irán ha amenazado varias veces con cerrar el estrecho, nunca ha llegado a concretarlo.
Este lunes, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, advirtió que una acción de ese tipo sería “otro error terrible” y “un suicidio económico” para Teherán, cuya economía depende de las exportaciones de petróleo.
Según Ozkardeskaya, algunos inversionistas creen que Irán evitará una represalia total para no poner en riesgo sus propias instalaciones petroleras, que podrían convertirse en blancos de futuros ataques.
Además, una escalada afectaría a China, el principal comprador del crudo iraní. Irán es el noveno productor mundial, con una capacidad diaria de 3,3 millones de barriles.
“Los mercados reaccionan cada vez menos a las noticias”, advirtió Ozkardeskaya. Según su análisis, el riesgo geopolítico derivado del conflicto entre Irán e Israel —que estalló a mediados de junio— ya está incorporado en el precio actual del crudo.
El bombardeo del domingo ya había sido anticipado por los mercados, lo cual moderó su impacto inmediato. En su punto más alto, entre la noche del domingo y la madrugada del lunes, el Brent llegó a encarecerse hasta un 15% respecto a su valor previo a los combates.
“En este momento, el precio del petróleo ya refleja una prima de riesgo de alrededor de $10 por barril”, explicó Giovanni Staunovo, analista de UBS, a la agencia AFP.
Reservas y rutas alternativas
Un eventual aumento sostenido en los precios podría atenuarse mediante la liberación de reservas estratégicas, especialmente en Estados Unidos y China, según Ole Hansen, analista de Saxo Bank.
También se considera viable una redirección parcial de las exportaciones de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos a través de oleoductos que eviten el estrecho.
Sin embargo, Ole Hvalbye advierte que no hay una alternativa inmediata a Ormuz. La única opción viable sería un oleoducto desde Catar hacia el oeste, pero su capacidad es limitada.
