Washington. Estados Unidos e Irán se devolvían la pelota el lunes a propósito de los nuevos inconvenientes en las negociaciones para salvar el acuerdo nuclear iraní, mientras las partes creen que todavía es posible llegar a un compromiso.
“No iremos a Viena para nuevas negociaciones, sino para finalizar un acuerdo sobre el tema nuclear. Se tiene que esperar la respuesta de Washington” a las cuestiones pendientes, declaró en un rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Said Khatibzadeh, en Teherán. ”Por el momento, no tenemos todavía una respuesta definitiva por parte de Washington. Si Washington responde a las cuestiones pendientes, podremos ir a Viena lo antes posible”, añadió.
Desde la víspera el jefe de la diplomacia iraní, Hossein Amir-Abdollahian, había estimado que “la pelota” estaba “en el campo de Estados Unidos” retomando palabra por palabra la frase de los estadounidenses que a fines de marzo dijeron que estaba “en el campo de Teherán”.
”No creo que se pueda calificar de honesto este reenvío del balón”, respondió el lunes el portavoz de la diplomacia estadounidense, Ned Price, retomando la metáfora deportiva. ”Todos los implicados en las conversaciones saben exactamente quién hizo las proposiciones constructivas, quién introdujo las solicitudes sin relación con el acuerdo nuclear y cómo hemos llegado ahí”, añadió, dejando entender que la responsabilidad del bloqueo era de Irán.
Irán negocia desde hace un año en la capital austriaca con China, Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania para revivir el acuerdo internacional de 2015, cuyo objetivo era que la República Islámica no se dotara con la bomba atómica a cambio de la suspensión de las sanciones contra su economía. Después de que Washington saliera unilateralmente del acuerdo en 2018 bajo el gobierno de Donald Trump, Teherán comenzó a alejarse de sus compromisos.
En las últimas semanas, los negociadores de las grandes potencias en Viena mencionaron tener avances y retrocesos en las negociaciones, e incluso se habló de un acuerdo inminente.
El domingo, Amir-Abdollahian declaró incluso que un acuerdo estaba “cerca”, durante una conversación telefónica con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. El diplomático iraní señaló que habían transmitido a Estados Unidos sus propuestas sobre los temas sin resolver a través del negociador de la Unión Europea, que juega un rol de intermediario en ausencia de conversaciones directas.
"Pensamos que aún es posible superar nuestras últimas divergencias", aseguró el lunes el portavoz del departamento de Estado estadounidense, previniendo que "ya no será así" una vez que el programa nuclear de Irán se acerque demasiado a la fabricación de una bomba.
Las negociaciones de Viena permitieron levantar la mayoría de los obstáculos, pero aún existen algunos escollos para revivir un acuerdo. Irán, además pide que se retire a los Guardianes de la Revolución -- su ejército ideológico -- de la lista negra de organizaciones terroristas de Estados Unidos, en la que fueron incluidos durante la era Trump. Washington rechaza dicha solicitud asegurando que no está relacionada con las negociaciones en curso.
A fines de marzo el enviado estadounidense Rob Maley declaró que los Guardianes de la Revolución seguirían “sancionados por la ley estadounidense” incluso en caso de acuerdo y la “percepción” que se tiene de este grupo en Estados Unidos permanecería “invariable”. Pero según expertos esta declaración no significa necesariamente que los estadounidenses rechacen retirarlos de su lista negra, pues sus dirigentes seguirían llevando el peso de otras sanciones.