El paro, convocado por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) para hoy y mañana, se produce en un contexto de efervescencia social no vista en años en Chile por el conflicto que ha convocado a cientos de miles de estudiantes a las calles por una reforma integral de la educación.
A la paralización de hoy se adhieren unas 80 organizaciones, entre ellas de empleados públicos y empresas estatales, del transporte público y los taxistas privados.
Los trabajadores de la estatal Codelco, principal productora mundial de cobre, han anunciado que participarán pero no han precisado si eso significará que se detendrá la producción.
La extensión de la protesta da cuenta de un creciente descontento social en Chile, considerado hace poco como ejemplo de estabilidad por su exitoso y pacífico tránsito desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) a la democracia, con un crecimiento proyectado de 6,5% para este año.
“El conflicto amenaza con extenderse más allá de las protestas estudiantiles. El paro nacional podría convertir el reclamo del movimiento estudiantil en un reclamo generalizado contra el gobierno”, manifestó el politólogo de la Universidad Diego Portales Patricio Navia.