
Bogotá, Colombia. Ha pasado más de un mes desde que el senador y precandidato presidencial de Colombia, Miguel Uribe Turbay, fue víctima de un atentado donde recibió varios impactos de bala, el más grave en su cabeza. Desde entonces, es tratado por un equipo de especialistas en la clínica Fundación Santa Fe, en la ciudad de Bogotá.
El más reciente comunicado médico, emitido el pasado 14 de julio por el centro médico, dice que Uribe “continúa con manejo multidisciplinario en la Unidad de Cuidados Intensivos y, en los últimos días, ha mostrado una respuesta clínica favorable y estable”.
También se conoció que el equipo de especialistas inició el “protocolo de neurorehabilitación” como parte del proceso integral de atención para la recuperación.
La Organización Mundial de la Salud explica en su sitio web que la neurorehabilitación es un proceso interdisciplinario orientado a ayudar a los pacientes con lesiones en el sistema nervioso central o periférico a recuperar funciones perdidas o adaptarse a nuevas condiciones.
El organismo especializado agrega que esta terapia consiste en la suma de varias especialidades como neurólogos, fisiatras, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos, neuropsicológicos, psiquiatras y trabajadores sociales.
¿Cuánto dura el proceso de neurorehabilitación?
El neurocirujano Remberto Ignacio Burgos, habló con el programa 6AM de Caracol Radio y explicó cómo funciona el proceso de neurorehabilitación al que debe ser sometido el senador Miguel Uribe Turbay para ‘comenzar a despertar’.
“Puede durar años, años. Es decir, lo que pasa es que hay unas fases. Yo diría que la fase inicial son los tres primeros meses, se evalúa, luego se establece un pronóstico para los próximos meses. Eso dura mucho tiempo y depende mucho de la respuesta”, dijo el especialista en diálogo con la emisora.
El neurocirujano mostró una gran preocupación por el pronóstico médico del senador y agregó que“es muy poco probable que vuelvan a su vida normal y lo que hace uno es someterlo al proceso de rehabilitación para acercarlo más a llevar esa vida”.
Además, fue enfático al declarar que el proceso de recuperación depende del grupo de especialistas y el comité de ética, que “tiene autonomía, un protocolo y un manejo propio en sus reglamentos y se lleva al comité de ética por petición, bien sea del grupo médico de la familia después de un tiempo”.
“Eso tiene un tiempo definido, y se necesita de un comité ético, porque no se justifica mantener a un paciente en un proceso de neurorradiación si no tiene neurológicamente las bases”, puntualizó el experto.
