
Tel Aviv/Teherán. Una serie de bombardeos israelíes lanzados este viernes contra territorio iraní dejó un saldo devastador para la cúpula militar de la República Islámica.
Según el Ministerio de Defensa de Israel, el ataque logró eliminar a la mayoría de los dirigentes de la fuerza aeroespacial de los Guardianes de la Revolución, incluido su comandante, el general Amir Ali Hajizadeh.
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“El ministro de Defensa, Israel Katz, fue informado de que la mayoría de los dirigentes de la fuerza aeroespacial de los Guardianes de la Revolución fueron eliminados mientras estaban reunidos en su cuartel general subterráneo”, confirmó la entidad en un comunicado oficial.
Entre las bajas también se encuentran el comandante de la fuerza de drones y el jefe del mando aéreo de este cuerpo militar de élite, considerado el brazo ideológico de las Fuerzas Armadas iraníes.
Los Guardianes de la Revolución confirmaron la muerte del general Hajizadeh, así como de “un grupo de combatientes valientes y dedicados” de la unidad aeroespacial.
De acuerdo con la versión israelí, la cúpula militar iraní se encontraba reunida para planear un ataque contra Israel.
“El general Hajizadeh jugó un papel central en el plan iraní para la destrucción del Estado de Israel”, declaró el ejército israelí. Añadieron que los dirigentes eliminados también estuvieron detrás del ataque a instalaciones petroleras en Arabia Saudita en septiembre de 2019.
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La ofensiva israelí se extendió a un centenar de objetivos en 12 provincias iraníes, incluidos centros militares y nucleares, así como puntos estratégicos en Teherán, la capital.
De acuerdo con el portavoz de los servicios de emergencia, Mojtaba Jaledi, al menos 95 personas resultaron heridas y fueron trasladadas a centros médicos.
Las consecuencias humanas y estratégicas fueron severas.
La televisión estatal iraní confirmó la muerte del jefe del Estado Mayor, Mohamed Bagheri; del comandante en jefe de los Guardianes, Hosein Salami; y del alto comandante Gholam Ali Rashid. Además, se reportó el fallecimiento de seis científicos nucleares, cuyas identidades no fueron reveladas.
Teherán calificó los ataques como “una declaración de guerra” y elevó el tono de su retórica en medio de un clima regional ya marcado por tensiones.
El ataque ocurre en un contexto de estancamiento en las negociaciones entre Irán y Estados Unidos sobre el futuro del programa nuclear iraní, iniciadas en abril de este año.
El impacto de esta operación —una de las más contundentes en la historia reciente del conflicto entre ambos países— podría reconfigurar el equilibrio militar en la región y complicar aún más los esfuerzos diplomáticos en curso.
