Michigan. La fábrica de leche de fórmula para bebés cuyo cierre generó la escasez del producto en Estados Unidos reanudó su producción, dijo el sábado la empresa Abbot, propietaria de la planta.
La planta de Michigan cumplió los requisitos sanitarios iniciales del gobierno estadounidense para su reapertura, dijo Abbot en una nota. La fábrica fue cerrada en febrero tras la muerte de dos bebés y generó una retirada voluntaria de productos, por temor a una posible contaminación bacteriana. Una investigación posterior no encontró evidencia de que las muertes tuvieran vinculación con las leches de Abbott.
El fabricante, que controla el 40% del mercado de leche infantil en Estados Unidos, dijo que estaba "trabajando duro" para reiniciar también la producción de otra marca muy popular entre las familias estadounidenses, Similac, así como el resto de su gama.
"Entendemos la necesidad urgente de fórmula infantil y nuestra primera prioridad es llevar leche segura y de alta calidad a las familias estadounidenses", dice el comunicado.
Estados Unidos acumula varios meses de escasez de leche en polvo para bebés, causada por problemas de suministro y de mano de obra relacionados con la COVID-19, y agravada por el cierre en febrero de la planta de Abbott en Michigan, tras la retirada de los productos sospechosos de causar la muerte de dos bebés.
El grupo empresarial ya se ha disculpado profusamente durante una audiencia en el Congreso.
La FDA denunció graves problemas sanitarios en la fábrica en cuestión. "Francamente, los resultados de la inspección (del sitio) fueron impactantes", testificó Robert Califf, jefe de esta agencia, durante la audiencia del 25 de mayo.
Para hacer frente a la escasez, la administración de Joe Biden, acusada de haber reaccionado demasiado tarde, instaló una especie de puente aéreo para transportar, en aviones militares, toneladas de leche infantil producida en el extranjero.
