Tegucigalpa. Estados Unidos y Honduras firmaron este miércoles un acuerdo de cooperación para que el país centroamericano reciba a migrantes extranjeros mientras tramitan su solicitud de asilo en la nación norteamericana, anunció la Embajada de Washington en Tegucigalpa.
La misión diplomática dijo en un comunicado que “el secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin K. McAleenan, firmó un acuerdo con el Gobierno de Honduras para expandir las iniciativas bilaterales para afrontar la migración irregular a través de Centroamérica”.
El pacto, firmado durante la Asamblea General de la ONU, es similar a los que rubricó el gobierno del presidente Donald Trump con Guatemala y El Salvador.
"Una vez que el acuerdo esté vigente, mejorará las capacidades de asilo y protección de Honduras" y "los dos países colaborarán para aumentar las opciones de protección para la poblaciones vulnerables", agregó.
Asimismo, indicó que los dos países trabajarán para asegurarse que los migrantes no sean víctimas de "traficantes de personas".
Se desconocen detalles y gran parte del contenido del acuerdo, incluso la fecha en la que entraría en vigor. Un alto funcionario del Departamento de Seguridad Nacional esbozó el convenio de manera muy general durante una conferencia telefónica con la prensa, en la que habló bajo condición de anonimato, de conformidad con sus normas.
El pacto completaría un componente central en la estrategia de Trump para evitar que solicitantes de asilo entren a Estados Unidos desde territorio mexicano. Frenar la inmigración es uno de los objetivos políticos distintivos de Trump, quien con frecuencia habla de “recovecos” en el sistema de asilo estadounidense.
El acuerdo se suscribió en el marco de la Asamblea General de la ONU, a la cual asiste el presidente Juan Orlando Hernández.
El gobierno de Honduras no había informado sobre la firma del acuerdo, aunque admitió que había negociaciones con Washington.
El canciller, Lisadro Rosales, había rechazado versiones de la prensa de que el acuerdo convertiría a Honduras en "tercer país seguro", lo que implica que tendría que albergar a migrantes cubanos, nicaragüenses, africanos y de otras nacionalidades que gestionen asilo en Estados Unidos.
La Cancillería hondureña dijo el pasado viernes que las conversaciones abordaban “cómo mejorar la colaboración en (...) reforzar la seguridad fronteriza regional, fortalecer las protecciones migratorias y aumentar las oportunidades de empleo temporal en Estados Unidos”.
El presidente Hernández había advertido de que un acuerdo de tercer país seguro sería una carga “difícil” para su país, que a su juicio no tiene condiciones para atender a miles de extranjeros.