Bruselas. La multinacional estadounidense 3M alcanzó este miércoles un acuerdo con las autoridades de la región belga de Flandes para desembolsar €571 millones (aproximadamente ¢400 mil millones) por contaminación en una fábrica cerca de Amberes (norte).
Las partes anunciaron el entendimiento en un comunicado conjunto que “resuelve los desacuerdos pendientes”. El caso se refiere a contaminación con químicos de la familia de las sustancias perfluoroalquiladas (conocidas por sus siglas en inglés, PFAS).
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Los sustancias PFAS son productos químicos que apenas se degradan en el medio ambiente. 3M negó durante mucho tiempo que fuera responsable de los altos niveles detectados cerca de su planta en Zwijndrecht.
Se trata de una familia de productos químicos sintéticos que resisten el calor intenso y pueden repeler el agua y la grasa. Pero cuando se filtran en las aguas subterráneas, las aguas de superficie y el suelo, las PFAS pueden representar un riesgo tóxico para la salud y persisten durante mucho tiempo.
Algunas substancias PFAS pueden dañar el desarrollo del feto, causar cáncer y se sospecha que alteran el sistema endocrino humano. “Como resultado de este acuerdo podremos hacer las cosas en el mejor interés de la gente de Zwijndrecht, nuestros agricultores locales y nuestra prosperidad y bienestar”, dijo el ministro de Medio Ambiente de la región flamenca de Bélgica, Zuhal Demir.
Por su parte, John Banovetz, vicepresidente ejecutivo de responsabilidad ambiental de 3M, elogió “un gran paso adelante” para la empresa.
Las autoridades sanitarias flamencas publicaron en octubre del año pasado un estudio que mostraba que el 59% de los adultos y adolescentes que vivían en un radio de tres kilómetros de la planta de 3M tenían niveles concentrados de ácido perfluorooctano (PFOS), un tipo de PFAS, en su sangre.
Esas personas corrían riesgo de desarrollar problemas de colesterol, diabetes e infertilidad, de acuerdo con investigadores.
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