Ciudad de Panamá. Estados Unidos busca ampliar “vías seguras, ordenadas y legales” para la migración, dijo este martes en Panamá el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, aunque los que lleguen ilegalmente sufrirán las consecuencias, como la deportación.
Mayorkas tuvo una reunión de trabajo con los cancilleres de Panamá, Janaina Tewaney, y de Colombia, Álvaro Leyva, mientras alcanza un nuevo récord la cifra de migrantes irregulares que cruzan la inhóspita selva del Darién, en la frontera colombo-panameña, en procura del ‘sueño americano’.
“Aquellos que buscan venir a los Estados Unidos deben aprovechar las vías seguras, ordenadas y legales que les estamos presentando”, dijo Mayorkas a la prensa al cierre de la reunión en Ciudad de Panamá.
“Estados Unidos aumentó significativamente esos caminos, al igual que nuestros socios, y buscamos seguir ampliándose como una alternativa al peligroso viaje que muchos emprenden”, agregó.
Sin embargo, Mayorkas advirtió de que “las personas que ingresan ilegalmente a los Estados Unidos continuarán enfrentando consecuencias, incluida la expulsión.
“Estados Unidos sigue aplicando nuestras leyes de inmigración”, añadió.
Unas 100.000 personas han cruzado este año la selva de Darién, en su travesía hacia Estados Unidos, seis veces más que en igual periodo del año anterior, según datos aportados a esta agencia por el Sistema Nacional de Migración panameño.
En 2022, casi 250.000 migrantes cruzaron esta selva, una frontera natural de 266 km de largo y 575.000 hectáreas de superficie plagada de peligros como animales salvajes, ríos caudalosos y grupos criminales.
Enfoque humanitario
Durante la reunión, Mayorkas y los dos diplomáticos hablaron sobre posibles medidas para enfrentar la migración irregular.
También se analizaron eventuales “vías legales y flexibles para los migrantes y refugiados como alternativa al cruce por el Darién”, afirmó Tewaney.
La cifra de migrantes en el Darién ha subido exorbitantemente en la última década, al pasar de 3.140 en 2013 a 100.000 en los primeros 1000 días de 2023.
“Cada uno de los países tuvieron la oportunidad de exponer sus preocupaciones y propuestas para un mejor manejo del flujo de personas, con un enfoque siempre humanitario y de seguridad.”, señaló Tewaney.
“Este encuentro trilateral es también un llamado de atención para la puesta en marcha de acciones regionales”, añadió la canciller panameña.
La mayoría de los migrantes que atraviesan el Darién son venezolanos, haitianos y ecuatorianos, aunque también hay asiáticos, principalmente de China e India, y africanos, sobre todo de Camerún y Somalia.
Flujo sin precedentes
Al menos 52 migrantes murieron en 2022 en la jungla panameña, según cifras oficiales, pero las autoridades desconocen la cantidad real por lo inaccesible del terreno, la falta de denuncias y el abandono de los cuerpos.
Para sepultar a los migrantes que mueren en el Darién, hace un mes, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) entregó un centenar de nichos en el cementerio municipal de la aldea selvática de El Real de Santa María.
Los riesgos acompañan a los migrantes no solo en el Darién, sino en todo su trayecto: el 15 de febrero murieron 40 migrantes al volcar un autobús en el oeste de Panamá y otros 40 fallecieron el 27 de marzo en el incendio de un centro de detención en Ciudad Juárez, en el norte de México.
Estados Unidos, Colombia y Panamá establecieron hace meses una hoja de ruta para frenar el flujo migratorio por el Darién.
Entre los puntos de ese plan está un aumento de la seguridad fronteriza para combatir el tráfico de personas, mayores inversiones para incrementar el empleo y disminuir la pobreza con la ayuda de financiación internacional.
“El cambio climático y las consecuencias de la pandemia de la covid-19 llevaron a un flujo sin precedentes de personas vulnerables en todo el mundo, incluso en nuestro hemisferio”, dijo Mayorkas.