En esta foto de archivo del 14 de noviembre de 2012, los oficiales de la Guardia Nacional escoltan al colombiano Jorge Milton Cifuentes Villa durante su deportación a Colombia desde el aeropuerto Simón Bolívar en Maiquetia, cerca de Caracas, Venezuela. Cifuentes, quien una vez envió cocaína colombiana a Joaquín "El Chapo" Cartel de Sinaloa Guzmán usando aviones hechos de carbono para desviar la detección de radar, es ahora uno de los testigos que cooperaron en el caso del gobierno de los Estados Unidos contra el narcotraficante mexicano. (Foto AP / Ariana Cubillos, Archivo) (Ariana Cubillos/AP)
Nueva York. Uno era un adicto al juego y se sometió a una cirugía plástica para cambiar su apariencia. Otro comenzó su vida delictiva a los cuatro años. El tercero era un niño de Chicago que hizo una fortuna con el narcotráfico.
Los tres, Tirso Martínez Sánchez (El Futbolista), Jorge Cifuentes y Pedro Flores, están testificado en el juicio al narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán en un largo proceso en Estados Unidos.
Los tres narcotraficantes describieron en la Corte Federal de Brooklyn las recompensas, reveses y rarezas de trabajar con el jefe del cártel de Sinaloa.
Aquí hay algunos puntos destacados de sus testimonios:
De izquierda a derecha: Tirso Matinez Sánchez, Pedro Flores y Jorge Milton Cifuentes Villa.
El futbolista
Al igual que otros narcos importantes de su época, Tirso Martínez Sánchez ganó más dinero del que podía gastar. Testificó que usó un poco para comprar equipos de fútbol en México, lo que le valió el apodo de “El Futbolista”. Además, tenía adición por las apuestas.
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Martínez, de 52 años, relató también que uno de sus exjefes se disparó en la cabeza para no ser detenido, mientras que otro murió en la mesa de operaciones durante una cirugía plástica para alterar su apariencia.
Declaró que, a partir de 2000, supervisó un plan de Guzmán para transportar cocaína desde México hasta la ciudad de Nueva York por tren. Calcula que ganó unos $20 millones en este operativo, antes de abandonarlo, debido a la presión por parte de Guzmán por las pérdidas generadas por los decomisos.
Negocios de familia
Jorge Cifuentes describió cómo su padre lo reclutó a los cuatro años para ayudar a mover cigarrillos y alcohol ilegales en Medellín, Colombia.
Testificó que muchos de sus ocho hermanos estaban en el comercio de drogas y que tenían “conflictos como cualquier otra familia”.
Cifuentes, de 55 años, enviaba cocaína colombiana al cártel de Sinaloa por avión. Dice que se reunió con “El Chapo” en su rancho en 2003, donde festejaban dos años de que Guzmán había escapado de prisión.
En otra reunión, en 2009, el testigo declaró que compartió un cigarro de marihuana con Guzmán, quien le dijo a Cifuentes “esto no me hace nada”.
El hombre
Los gemelos Pedro y Margarito Flores, de 37 años, eran tan buenos distribuyendo cocaína en Estados Unidos que Guzmán los buscó.
Pedro Flores, quien se refiere a Guzmán como The Man (El Hombre) , describió que aun cuando “El Chapo” estaba prófugo, los gemelos pudieron seguir adelante con su red en Estados Unidos con suficiente éxito como para reunirse con el narco mexicano en las montañas de Sinaloa.
Flores relató que de camino al encuentro vio a un hombre desnudo, aparentemente torturado. “ Estaba atado a un árbol con una cadena”, dijo.
El estrés del trabajo y los peligros de una sangrienta guerra dentro del cártel convencieron a Flores a comprometerse con federales estadounidenses.
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