Río de Janeiro. Un avión con 62 personas a bordo se estrelló el viernes en el sureste de Brasil, sin dejar supervivientes.
¿Qué se sabe hasta ahora de la peor tragedia aérea en suelo brasileño en 17 años?
El avión y su ruta
El vuelo 2283, operado por la aerolínea brasileña Voepass, partió de Cascavel, en el estado de Paraná, con destino al aeropuerto internacional de Guarulhos en São Paulo. La duración habitual de este vuelo es de aproximadamente dos horas.
Desapareció de los radares una hora y 26 minutos después del despegue, a las 11:56 a. m. locales (2:56 p. m. GMT). El avión se precipitó sobre una zona residencial en Vinhedo, a unos 80 km al noroeste de São Paulo, a las 1:25 p. m. locales. Impactó en el jardín de una casa en el Residencial Recanto Florido, un condominio rodeado de árboles.
El avión era un bimotor del constructor francoitaliano ATR, modelo 72-500, con dos hélices, 27 metros de largo y capacidad para 68 pasajeros. Fue fabricado en Francia y, según ATR, alcanza una velocidad máxima de 510 km/h en vuelo de crucero.
¿Cómo ocurrió la caída?
Imágenes impactantes grabadas por los vecinos muestran el avión cayendo en libre descenso en pocos segundos. Los residentes lograron registrar el momento del impacto después de escuchar un fuerte ruido en el ambiente. La aeronave, que impactó “de barriga” en el suelo, quedó con la cabina de pasajeros “aplastada”, según los bomberos. Los ocupantes murieron entre el amasijo de hierros, y un incendio posterior carbonizó los cuerpos.
De acuerdo con el sitio de seguimiento de vuelos Flight Radar 24, el avión voló a 17.000 pies (5.180 metros) durante casi una hora. A las 1:21 p. m. locales (4:21 p. m. GMT), comenzó a perder altitud y en apenas un minuto cayó bruscamente a 4.100 pies (1.250 metros). La aeronave perdió contacto con los controladores a las 1:22 p. m. locales.
La tripulación no declaró ninguna emergencia ni reportó condiciones meteorológicas adversas, según la Fuerza Aérea Brasileña (FAB). El Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos de Brasil (Cenipa) analiza las cajas negras que contienen grabaciones de la cabina y datos del vuelo. El brigadier Marcelo Moreno, jefe del Cenipa, mencionó que estas “importantes informaciones nos podrán contar lo que ocurrió en este trágico evento”.
El organismo prevé divulgar un informe preliminar en un plazo de 30 días y no privilegia ninguna hipótesis por el momento.
Condiciones meteorológicas y estado del avión
Especialistas sugirieron que una formación de hielo en las alas pudo haber afectado la sustentación del avión y contribuido al accidente. Marcel Moura, director de operaciones de Voepass, admitió que este modelo de ATR tiene “mayor sensibilidad al hielo”, pero las condiciones meteorológicas del viernes preveían la presencia de ese elemento “dentro de las características aceptables”.
Según la Agencia Nacional de Aviación Civil, tanto la tripulación como la aeronave, en servicio desde 2010, cumplían con todas las normas y certificados vigentes. Moura indicó que el avión pasó por un “mantenimiento de rutina” la noche anterior al accidente y no presentaba “ningún tipo de problema técnico”.
Voepass, fundada en 1995 bajo el nombre Passaredo, es la cuarta aerolínea de Brasil. Actualmente, opera una flota de 15 aviones exclusivamente en territorio brasileño.
Identificación de ocupantes
Voepass divulgó una lista con los nombres de los 62 ocupantes - 58 pasajeros y 4 tripulantes - que fallecieron en el accidente. El piloto Danilo Santos Romano tenía 35 años y más de 5.200 horas de vuelo. La aerolínea lo contrató en noviembre de 2022 como copiloto y lo promovió a comandante en julio del año pasado.
Todos los ocupantes contaban con documentación brasileña, aunque también había una mujer con doble nacionalidad portuguesa y tres venezolanos entre los pasajeros. Peritos forenses del Instituto Médico Legal de São Paulo utilizan la ubicación de los pasajeros en las filas de asientos para identificarlos.
Debido al mal estado de los cuerpos, recurren a muestras de ADN, piezas dentales y huellas dactilares. Muchos familiares de las víctimas viajaron desde Paraná, de donde era la mayoría de los pasajeros, a São Paulo para colaborar con este proceso.