
Una oleada de incendios forestales está causando estragos en el sur de Europa, con miles de personas evacuadas o confinadas, miles de hectáreas calcinadas y cientos de bomberos movilizados en condiciones extremas.
En Cataluña, al noreste de España, un incendio declarado el lunes en la localidad de Paüls, comarca del Bajo Ebro, ha devorado casi 3.000 hectáreas de terreno forestal y forzó el confinamiento preventivo de unas 18.000 personas por el humo, informaron este martes las autoridades regionales.
El fuego, que avanza rápidamente por la acción del viento y la difícil topografía de la zona, ha sido catalogado como “muy complicado” por los cuerpos de emergencia. Más de 300 bomberos, junto con unidades de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y medios aéreos, trabajan en su extinción.
“La noche ha sido complicada”, aseguró Núria Parlon, secretaria de seguridad del Gobierno catalán, mientras la Protección Civil advertía a la población: “Cierren puertas y ventanas y no salgan a la calle”.
Las imágenes difundidas por los agentes rurales muestran colinas completamente envueltas en humo gris y anaranjado.
España atraviesa una temporada de calor extremo; junio fue el mes más cálido jamás registrado y ya se han quemado 21.000 hectáreas solo en las primeras semanas del verano.
Al otro lado de la frontera, en el sur de Francia, otro incendio arrasó al menos 2.000 hectáreas de bosque en las afueras de Narbona, en el departamento de Aude.
Las llamas alcanzaron viviendas y forzaron evacuaciones masivas, incluidas personas atrapadas durante horas en la autopista A9, que conecta con España. Al menos 150 personas fueron alojadas en recintos feriales y gimnasios de pueblos cercanos.
“Lo he perdido todo. Estoy en mi auto con mis seis perros. Algunos de nuestros caballos murieron. Logramos salvar 30 gracias a los vecinos”, relató Nathalie Bueno, dueña de una caballeriza afectada por el incendio.
Más de 1.000 bomberos están desplegados en la zona francesa y cinco de ellos resultaron con lesiones leves. El incendio, que comenzó el lunes por la tarde cerca de una propiedad vitícola en la región montañosa de Corbières, fue avivado por ráfagas de viento de hasta 90 km/h.
Ambos países enfrentan condiciones propicias para estos siniestros debido al calor extremo, la sequía prolongada y la acción del viento.
Las autoridades advierten que el verano 2025 podría ser especialmente crítico en materia de incendios forestales, alimentados por fenómenos climáticos que, según los expertos, se intensifican a causa del cambio climático intensificado por el ser humano.
