
Madrid, España. Fuerzas estadounidenses abordaron este domingo el buque petrolero Bella-1 cuando se dirigía a la costa de Venezuela, ahora mismo bajo un bloqueo marítimo establecido por el Ejército norteamericano, en la tercera incursión contra un navío en las inmediaciones de aguas venezolanas en lo que va de la semana.
El Bella-1 se encuentra desde junio de 2024 bajo sanciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Tesoro de Estados Unidos. El petrolero, de bandera panameña, está vinculado a la compañía Louis Marine Shipholding Enterprises, a su vez relacionada con la Guardia Revolucionaria de Irán.
En su orden de sanciones, el Tesoro de Estados Unidos asegura que esta compañía ha “asistido, patrocinado o proporcionado materialmente apoyo financiero, material o tecnológico” para la fuerza iraní.
Este es el segundo tanquero interceptado el fin de semana bajo las órdenes del presidente,Donald Trump, y el tercero tras el recrudecimiento de los esfuerzos de Washington por cortar el flujo de crudo hacia el país sudamericano, dentro de la creciente presión que Washington ejerce sobre el gobierno del mandatario venezolano, Nicolás Maduro.
La campaña de presión de Trump incluyó un aumento de la presencia militar en la región y más de dos decenas de ataques militares contra buques en el océano Pacífico y el mar Caribe cerca de las costas venezolanas. Al menos 100 personas murieron en los ataques.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, informó el sábado sobre la confiscación del tanquero con bandera panameña Centuries, que según la Casa Blanca se trataba de un buque con “bandera falsa” parte de “la flota fantasma venezolana para traficar petróleo robado y financiar el régimen narcoterrorista de Maduro”.
La vocera adjunta de la administración norteamericana, Anna Kelly, insistió en que el navío “transportaba petróleo de Pdvsa, empresa sancionada”, ante los reportes de que el tanquero confiscado no forma parte de la lista negra de Estados Unidos.
El pasado 10 de diciembre, Washington incautó el buque sancionado Skipper y confiscó el crudo que transportaba.
Días después, Trump ordenó un bloqueo total a la entrada y salida de este país a buques petroleros sancionados por el gobierno estadounidense, dentro de la presión que ejerce sobre el gobierno de Maduro, al que Washington acusa de liderar una red de tráfico de drogas.
Desde agosto, Estados Unidos mantiene un amplio despliegue militar dentro de una campaña antidrogas en la que ha destruido a unas 30 supuestas lanchas vinculadas al narcotráfico y asesinado a más de un centenar de sus tripulantes.
Mientras, Caracas rechazó la incautación del Centuries como un “robo y secuestro” por parte de Estados Unidos de “un nuevo buque privado” que transportaba crudo venezolano.
El director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Kevin Hassett, dijo este domingo que los dos primeros petroleros incautados operaban en el mercado negro y suministraban petróleo a países sancionados.
“No creo que la gente deba preocuparse aquí en Estados Unidos de que los precios vayan a subir debido a la incautación de estos barcos”, dijo Hassett y añadió: “Sólo hay un par de ellos, y eran barcos del mercado negro”.
Pero un operador petrolero dijo a Reuters que las incautaciones aumentan los riesgos geopolíticos y probablemente harán subir los precios del petróleo cuando se reanuden las operaciones asiáticas el lunes. Por otro lado, las expectativas de un final de la guerra en Ucrania podrían ayudar a mantener bajo control las subidas del precio del petróleo, dijo el operador.
