Washington. Desde sugerir inyectar desinfectante hasta tomar el control de Gaza, Donald Trump ha lanzado propuestas polémicas para resolver problemas complejos. La pregunta siempre es la misma: ¿habla en serio?
Sus detractores reaccionan con asombro ante sus declaraciones inverosímiles. Se preguntan si realmente busca implementar esas ideas, si intenta beneficiarse en una negociación o si simplemente trata de desviar la atención.
Trump se enorgullece de ser un disruptor político. Su reciente propuesta de expulsar a los palestinos y transformar Gaza en la “Costa Azul de Oriente Medio” es un ejemplo de ello.
“Mucho de lo que dice Trump es una combinación de hipérbole y estrategia de negociación”, afirmó Peter Loge, director de la Escuela de Medios de la Universidad George Washington.
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“Cuando dice cosas aparentemente escandalosas que no se concretan, lo presenta como una broma o una táctica. Cuando una idea funciona, se atribuye el mérito”, añadió.
Trump suele dejar que la gente adivine sus verdaderas intenciones.
La periodista Salena Zito lo explicó en 2016: la prensa lo toma “literalmente, pero no en serio”, mientras que sus seguidores lo toman “en serio, pero no literalmente”.
Las declaraciones difíciles de aceptar son una constante en su discurso.
En 2020 llegó a sugerir inyectar desinfectante como una solución contra el covid-19. Antes de regresar a la Casa Blanca el 20 de enero, prometió poner fin a la guerra en Ucrania en 24 horas.
Más recientemente, sorprendió al mundo al decir que quería anexar Canadá y Groenlandia y apoderarse del Canal de Panamá.
‘Ser original’
Los oponentes de Trump lamentaron en ocasiones no haberlo tomado en serio.
Muchos lo dieron por acabado tras intentar revertir su derrota en las elecciones de 2020. Sin embargo, logró regresar al escenario político.
Más tarde se preguntaron si ejecutaría la agenda de derecha radical que prometió en 2024.
La respuesta fue sí. Puso en marcha un programa contra los migrantes, las personas transgénero y el gobierno federal.
No obstante, muchas de sus iniciativas deberán sortear obstáculos en los tribunales o en un Congreso donde su partido tiene una mayoría ajustada.
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La propuesta sobre Gaza va un paso más allá por su carácter impredecible.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, elogió a Trump por “ser original”.
“Usted dice cosas que otros no se atreven a decir. Y después de que la gente se queda boquiabierta, se rasca la cabeza y dice: ‘Sabes, tiene razón’”, comentó Netanyahu.
Los líderes de Oriente Medio no comparten su opinión.
Y ante la falta de detalles en la propuesta de Trump, la Casa Blanca y el Departamento de Estado se vieron obligados a aclarar que sería una medida temporal y que Estados Unidos no enviaría tropas al territorio palestino, al menos por ahora.

El arte de negociar
Expertos consideran que las declaraciones de Trump responden a diversas estrategias.
A veces, busca desviar la atención de problemas urgentes.
Mirette Mabrouk, investigadora del Instituto de Oriente Medio en Washington, cree que sus propuestas recientes intentan ocultar que aún no ha logrado reducir la inflación.
“Nada de esto influye en el precio de los huevos”, afirmó Mabrouk.
En otras ocasiones, el autor de “El arte de la negociación” usa estas declaraciones como una táctica.
Aplicó esta estrategia cuando amenazó con imponer aranceles a México y Canadá. Más tarde, los suspendió tras acuerdos sobre seguridad fronteriza.
Pero no todo era lo que parecía. Algunas de las medidas ya habían sido anunciadas con anterioridad.
Su trayectoria en bienes raíces, con quiebras y demandas incluidas, quizás brinde claridad sobre su estilo.
Las propuestas sobre Gaza, Groenlandia y Panamá recuerdan a acuerdos inmobiliarios.
El año pasado, el republicano describió Gaza como “Mónaco”. Su yerno, Jared Kushner, sugirió que Israel desalojara a los palestinos para aprovechar “propiedades frente al mar”.
La primera vez que Trump lanzó una candidatura presidencial fue cuando era promotor inmobiliario, en la década de 1980.
Pocos lo tomaron en serio. Décadas después, consiguió las llaves de la Casa Blanca dos veces.

