
La elección de León XIV concluyó en uno de los cónclaves más ágiles de la historia reciente del Vaticano. El proceso repitió la misma duración y número de votaciones que se registraron con Juan Pablo I y Benedicto XVI.
El nuevo papa fue electo este 8 de mayo tras un cónclave que se extendió durante dos días y que requirió cuatro votaciones, una cifra que lo ubica entre las elecciones papales más rápidas de los últimos tiempos.
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Este proceso replicó el patrón que siguieron las elecciones de Juan Pablo I en 1978 y de Benedicto XVI en el 2005, quienes también fueron escogidos luego de dos jornadas y cuatro votaciones. Solo el cónclave de Pío XII, en 1939, fue más breve, al resolverse en apenas tres votaciones durante dos días.

Duración de los últimos cónclaves
Desde inicios del siglo XX, el cónclave más extenso fue el que terminó con la elección del papa Pío XI en 1922, el cual se extendió por cinco días y 14 votaciones. En contraste, Francisco, elegido en 2013, también fue nombrado en un proceso veloz: dos días y cinco votaciones.
Otro cónclave breve fue el de Pablo VI, quien fue elegido en 1963 tras seis votaciones en tres días, y el de Juan XXIII, escogido en 1958 después de once votaciones a lo largo de cuatro jornadas.
El papa Juan Pablo II, elegido en 1978 tras la breve gestión de Juan Pablo I, fue electo luego de ocho votaciones en tres días. Antes, el papa Benedicto XV, en 1914, necesitó diez votaciones en tres días para su nombramiento.
Por su parte, el papa Pío X, en 1903, fue escogido luego de siete votaciones tras un cónclave de cuatro días.
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