Aviñón. Dominique Pelicot, acusado de drogar a su esposa para que la violaran desconocidos, asistirá este miércoles a su juicio tras ser hospitalizado este martes. Así lo anunció el tribunal de Aviñón, en el sur de Francia, que lo juzga.
“Tenemos un certificado médico fechado hoy”, que indica que no hay contraindicaciones para trasladar al hombre de 71 años entre la prisión y el Palacio de Justicia, afirmó el presidente del tribunal, Roger Arata.
Horas antes, el magistrado dejó abierta la posibilidad de suspender el proceso durante algunos días hasta que mejorara el estado de salud del acusado, después de que su abogada, Béatrice Zavarro, informara que estaba hospitalizado.
“No tendría sentido continuar sin su presencia”, agregó Zavarro, precisando que empezó a sentirse mal el viernes, pero no recibió tratamiento durante el fin de semana.
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Su interrogatorio estaba previsto para este martes por la tarde. El presidente del tribunal no especificó a qué hora será interrogado el miércoles.
“La señora Pelicot y sus hijos no desean declarar sin que él esté presente”, confirmó uno de sus abogados, Stéphane Babonneau. “Es necesario que el señor Pelicot reciba tratamiento médico y pueda asistir al proceso”.
El principal acusado y otros 50 hombres se enfrentan a hasta 20 años de prisión por violación con agravantes, en un caso que conmocionó a Francia.
El juicio continuó este martes con la declaración de Stéphan Gal, el segundo director de la investigación de este caso que involucra a 51 acusados en total, de entre 26 y 74 años.
Público sigue el juicio en Aviñón
La incredulidad y el asco dominan entre el público que asiste al juicio en Aviñón. La falta de espacio en la sala principal obligó al tribunal a habilitar otra cercana para retransmitirlo.
Hombres y mujeres, jóvenes y mayores, estudiantes de derecho y jubilados. Cada vez más personas se reúnen cada mañana ante el tribunal, donde el proceso que comenzó el 2 de setiembre terminará en diciembre.
En Francia, los juicios no se transmiten por televisión. La única manera de seguirlos es a través de los medios de comunicación o como público, si no se celebra a puerta cerrada.
En Aviñón, el público no puede ingresar a la sala del tribunal. Todos los asientos están ocupados por los acusados, sus abogados y una veintena de periodistas. La única opción es seguir el proceso desde una sala contigua.
“No me siento bien. Estoy asqueado”, afirmó Robert, un bombero jubilado, tras escuchar los hechos relatados por uno de los investigadores.
“Todo lo que ha pasado esta pobre mujer... y los daños para las familias”, agregó Robert.
Retransmisión y asistencia
Desde el lunes, los acusados que comparecen en libertad usan mascarillas anticovid para evitar ser captados por las cámaras. Algunos llevan pasamontañas y gafas de sol, que se retiran al entrar en la sala.
Sin embargo, incluso en la sala contigua, los asientos son limitados. Unos 15 periodistas ocupan las primeras filas, mientras que detrás de ellos, unas 50 personas se disputan las sillas disponibles.
“Es la primera vez que asisto a un juicio, y es muy impactante”, comentó Chloé Pigaglio, miembro de Oser le Féminisme 84.
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‘Concienciar’
El presidente del tribunal indicó que si se proyectan imágenes comprometedoras en la sala, que expongan la desnudez de una persona, cortará la retransmisión en la sala anexa.
En la cola, Lisa y Angélique, dos jóvenes diplomadas en Derecho que no quisieron dar su apellido, esperan poder asistir al juicio durante la tarde, tras viajar desde Marsella, una ciudad situada a unos 85 kilómetros al sureste.
“Como mujer, es importante ver cómo discurre el juicio. No creo que haga falta haber estudiado derecho para venir aquí”, explica a esta agencia Lisa, quien constata como este caso, del que oyó hablar estudiando Derecho, “explotó” en los medios.
“Quizás esto permita concienciar un poco sobre lo que es la sumisión química. No escuchábamos hablar mucho de ello”, sobre todo “por parte de un marido hacia su mujer”, subraya su amiga Angélique.