Cerca de 200 costarricenses viven entre Tampa y Naples, las zonas más afectadas por el huracán Ian en Florida, Estados Unidos. Así lo confirmó el consulado de Costa Rica en ese estado, que actualmente registra 5925 ticos.
En una conversación con La Nación, Ludmila Ugalde, la cónsul de Costa Rica en Florida, aseguró que el número de costarricenses en el estado sureño asciende a los 30.000; sin embargo, el consulado solo registra a quienes en algún momento necesitaron de los servicios de la oficina.
La tarde del miércoles el huracán Ian —que ya había arrasado con parte de Cuba, donde dejó dos muertos— tocó territorio estadounidense en el este de Florida, ocasionando vientos de hasta 185 kilómetros por hora (km/h), acompañados de fuertes lluvias.
Ugalde comentó que la representación se puso en contacto con las familias costarricenses registradas con residencia entre Tampa y Naples para conocer la gravedad de las afectaciones que percibieron por el paso del huracán Ian.
“Hasta el momento (los costarricenses) solo reportan pérdidas materiales. Indican que sus familiares, o que otros ticos que están por la zona están bien. Algunos tienen que sacar agua de la casa, otros sí tienen que hacer reparaciones, pero de salud todos reportan que están bien”, mencionó Ugalde a este medio.
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‘Fuerza impresionante’
Para conocer más sobre el estado de los habitantes en esta zona, La Nación se comunicó con Nereida Portillo, una costarricense que vive junto a su esposo en Fort Myers, una de las zonas que sufrió el impacto de Ian.
“Se sentía una fuerza impresionante, esto es peor que un terremoto en Costa Rica. Tenemos unas islas que son preciosas que son Sanibel y Captiva y el causeway [calzada para llegar a la isla] de Sanibel se lo llevó el mar, levantó toda la carretera, la entrada del puente está caído, están muchas casas bajo agua, barcos, botes y lanchas por carreteras y hasta metidas en las casas”, comentó Portillo.
Gracias a la fuerte estructura con la que fue construida Ian no afectó su casa; sin embargo, sus vecinos no corrieron con la misma suerte. “Al rededor, en otros residenciales, los árboles se cayeron de raíz, los rótulos están en el piso. Un amigo de mi esposo tiene una casa al lado de un río y quedó inundada, perdió su casa y todo lo que estaba dentro”, aseguró.
Portillo agregó que todos los comercios están cerrados, lo único que permanece abierto son los hospitales. “Todo mundo está en un momento de limpieza a los alrededores de las casas, por ejemplo al frente de la mía se cayeron dos palmeras”, añadió.
8.600 personas en refugios
La Nación se comunicó también con Ginette Campos, una médica veterinaria costarricense que vive en Tampa desde hace ocho años. Campos es gerente del refugio de animales del condado de Hillsborough, por lo que colaboró en varios de los albergues, que aceptaban mascotas, para afectados por el huracán Ian.
“De un total de 47 albergues que se abrieron a través de todo el condado, 17 eran pet friendly; lo cual significa que la gente va con sus mascotas a esos albergues. Tuvimos casi 8.600 personas en albergues desde el martes en la mañana que se abrieron hasta hoy al mediodía que se cerraron”, comentó Campos.
Según la veterinaria, en Hillsborough la evacuación obligatoria se inició el martes a mediodía; sin embargo hay mucha gente que se quedó en las casas. “Hasta donde he escuchado no hubo fatalidades en el condado de nosotros, pero sí muchos árboles y tendidos eléctricos caídos”, aseguró.
La mañana de este jueves al menos dos millones de hogares en Florida estaban sin electricidad por el paso de Ian. De acuerdo con Campos las compañías eléctricas previenen el daño en los tenidos eléctricos, por lo que trasladan personal de otros estados antes de que ocurra la emergencia, para así, una vez pase el huracán y sea seguro, los funcionarios puedan salir a efectuar las reconexiones lo más pronto posible.
La afectación en Hillsborough no fue tanta como en los condados del sur, por lo que los comercios funcionan con normalidad.
La tarde de este jueves el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) indicó que el fenómeno se degradó a una tormenta tropical y aseguró que continúa en Florida pero se dirige a Georgia y las Carolinas. “Se producirán inundaciones, marejadas ciclónicas y fuertes vientos que amenazan la vida”, comunicó el NHC.