Cali. La edición 16 de la mayor conferencia mundial sobre protección de la naturaleza arranca este lunes en Colombia, con los países miembros presionados por el jefe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que “pasen de las palabras a los hechos” y aumenten un millonario fondo que frene la pérdida de biodiversidad.
Durante la apertura de la COP16, celebrada la víspera, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, instó a las naciones a hacer una “inversión significativa” en el Fondo Marco Mundial para la Biodiversidad (GBFF), creado el año pasado, y a “comprometerse a movilizar otras fuentes de financiación pública y privada”.
“Quienes se lucran de la naturaleza deben contribuir a su protección y restauración”, dijo Guterres en un mensaje en video reproducido ante los delegados reunidos en Cali, ciudad del suroeste colombiano en máxima alerta tras amenazas de un grupo guerrillero.
El GBFF se creó para apoyar a los países en el cumplimiento de los objetivos del Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal, adoptado en la COP15 de Canadá en 2022. Este acuerdo tiene 23 metas para detener y revertir la pérdida de biodiversidad hasta 2030.
Hasta ahora, los países comprometieron unos $250 millones al fondo, según las agencias encargadas de supervisar el proceso.
Estas contribuciones forman parte de un acuerdo más amplio, que busca movilizar al menos $200.000 millones anuales hasta 2030 para la biodiversidad. Se incluye un aporte de $20.000 millones anuales hasta 2025 de las naciones ricas para apoyar a los países en desarrollo.
Guterres destacó que la destrucción del medioambiente aumenta los conflictos, el hambre y las enfermedades, además de alimentar la pobreza y reducir el producto interno bruto (PIB).
“Un colapso de los servicios de la naturaleza, como la polinización y el agua limpia, supondría para la economía mundial una pérdida de billones de dólares anuales, afectando principalmente a los más pobres”, afirmó.
Lema de COP16 es ‘Paz con la naturaleza’
Alrededor de 12.000 delegados de casi 200 países, entre ellos una docena de jefes de Estado y 140 ministros, participarán en esta cumbre que se extenderá hasta el 1°. de noviembre.
Bajo el lema “Paz con la naturaleza”, la conferencia tiene la tarea urgente de idear mecanismos de seguimiento y financiación para garantizar el cumplimiento de los objetivos de la ONU.
No obstante, la mayor facción disidente de la extinta guerrilla de las FARC, el Estado Mayor Central (EMC), declaró guerra al gobierno y busca obstaculizar el evento, en medio de un conflicto armado interno de seis décadas que dejó más de 9 millones de víctimas.
El domingo, el ejército detuvo a tres personas en la carretera entre Cali y Popayán, tras descubrir un “retén ilegal” montado por combatientes del frente Dagoberto Ramos, adscrito al EMC, quienes portaban armas y explosivos.
Las tensiones en la zona aumentaron luego de que el presidente colombiano, Gustavo Petro, ordenara una intervención militar en el bastión del EMC en el Cañón del Micay, en el departamento de Cauca.
En Cali, fueron desplegados unos 11.000 policías y soldados, apoyados por personal de seguridad de la ONU y de Estados Unidos.
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Cuenta regresiva
Los delegados tienen mucho trabajo por delante, ya que solo quedan cinco años para alcanzar el objetivo de proteger el 30% de las áreas terrestres y marinas para 2030.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), más de una cuarta parte de las especies evaluadas por la organización están en peligro de extinción.
Al asumir la presidencia de la COP, la ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, afirmó que el lema “paz con la naturaleza” representa un cambio en los valores.
“La naturaleza no es un recurso; es la fibra de la vida, que permite nuestra propia existencia”, declaró.
Colombia, uno de los países más biodiversos del mundo, hizo de la protección del medioambiente una prioridad bajo el liderazgo de Petro.
Durante su discurso inaugural, el mandatario llamó a generar “nuevos modos de producción” y a pensar en “una forma distinta de concebir la riqueza, basada no en las energías fósiles, sino en las limpias”.
Colombia alberga a numerosos pueblos indígenas, muchos de ellos víctimas de la violencia. El gobierno busca otorgarles un papel relevante en los debates.