Kilis, Turquía. Un muerto y 13 heridos dejó el miércoles un ataque con cohetes disparados desde el norte de Siria sobre el pueblo fronterizo turco de Kilis, indicó el gobernador de la provincia al difundir un nuevo balance.

Al menos uno de estos cohetes alcanzó una mezquita de la zona tras ser disparados en el quinto día de una ofensiva de Turquía contra el enclave de Afrin, en el norte de Siria contra una milicia kurda.
De acuerdo al recuento del gobernador Mehmet Tekinarslan, un segundo cohete cayó poco después sobre una casa,
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Tras el disparo de cohetes, la artillería turca respondió con tiroteos hacia Siria que podían escucharse desde el centro de Kilis, según un corresponsal de la AFP en el lugar.
Los medios turcos atribuyeron el ataque con cohetes a los combatientes kurdos de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), que Ankara considera como “terroristas” y busca sacarlas del enclave de Afrin.
“Yo estaba en la mezquita, cuando salí de la oración, llegué a mi tienda. Un minuto más tarde cayó una bomba”, contó a la AFP Abdulkadir Ciyanoglu. Agregó que escuchó un fuerte ruido e “inmediatamente vi gente que corría en pánico”, dijo.
Turquía acusa a las YPG de ser la rama siria del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), que ha estado librando una sangrienta guerra de guerrillas en territorio turco desde 1984.
Pero las YPG encabezan en territorio sirio una lucha liderada por una coalición internacional que lidera Washington contra el grupo Estado Islámico (EI).
Abandono. Sin embargo, tras el ataque turco a un relativamente tranquilo enclave en el norte de Siria, líderes kurdos temen que el mundo los abandone a pesar de que cumplieron un papel central en la lucha contra el grupo Estado Islámico (EI) en Siria.
Durante los últimos cuatro días, tropas turcas y sus aliados árabes atacaron la región siria de Afrín, defendida por las milicias kurdas de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), aliadas de Estados Unidos en la lucha contra el yihadismo del EI.

El presidente Donald Trump y otros dirigentes estadounidenses llamaron a Turquía a “la contención” y la moderación, pero parecen tener poca influencia sobre su aliado en la OTAN cuando se trata de enfrentar a los kurdos.
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Ahora los kurdos, cuyo lema nacional no oficial admite que sus ”únicos amigos son las montañas”, temen ser olvidados, mientras Turquía, Rusia y Estados Unidos batallan entre sí para ganar influencia en la región.
Y ello a pesar de haber proporcionado la columna vertebral de las fuerzas que derrotaron al EI en numerosos combates terrestres y le arrebataron la capital de su “califato”, Raqa.
“Para nosotros, Estados Unidos tiene la obligación moral de proteger la democracia y el sistema democrático en esta región”, dijo a la prensa en Washington Sinam Mohamed, representante de la federación kurda siria (Rojava).
Turquía forma parte de la OTAN, y Estados Unidos debe presionar a su aliado para frenar esta ofensiva, que ya causó numerosas víctimas civiles, agregó.
Para los gobernantes locales de esta región fronteriza con Turquía, la federación es una experiencia democrática que podría servir de ejemplo al resto de Siria cuando el país supere la guerra civil desatada en 2011.
Las YPG “no han disparado una sola bala” en dirección de Turquía en Afrín, aseguró Mohamed, para quien el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) es un problema interno de Turquía.

Pero para Ankara las YPG son la rama siria del PKK, que anima una guerrilla en suelo turco desde 1984 y al que los turcos califican de “terrorista”.
Más de 2.000 integrantes de las fuerzas especiales estadounidenses actúan actualmente junto a las YPG para combatir al EI al este del Éufrates, donde los yihadistas tienen sus últimos reductos en Siria.
Sin embargo, en Afrín los kurdos no cuentan con el respaldo estadounidense, y deben combatir solos contra las fuerzas turcas y sus aliados árabes sirios.
“En la zona controlada por las YPG en la otra orilla del Éufrates, a lo largo de la frontera turca, los combatientes están cada vez más amargados por el papel de Estados Unidos”, dijo Omar Mahmoud, un civil kurdo de 35 años de edad.
“Ahora Estados Unidos está silencioso, y ello resulta decepcionante para los kurdos, que combatieron al EI en nombre de todo el mundo, en coordinación con la coalición” internacional antiyihadista conducida por Washington.
Ankara lanzó su ofensiva luego de que la coalición anunció la creación de una “fuerza fronteriza” de 30.000 hombres integrada, entre otros, por los combatientes kurdos, lo cual suscitó la ira de las autoridades turcas.
En Washington, los kurdos gozan de cierta simpatía.
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Por otra parte, Rusia, que apoya con tropas al presidente sirio Bashar al Asad, intenta atraer a Turquía a su proyecto de poner fin a la guerra civil en Siria, iniciada en 2011, sin provocar la caída de su aliado.
Según declararon dirigentes kurdos, Moscú les habría ofrecido protegerlos de eventuales embates turcos a cambio de que respaldaran a las fuerzas leales a Asad, pero cuando éstos se negaron los abandonaron a su suerte y ahora harían la vista gorda si Erdogan decide desalojarlos de Afrín.