Washington. Estados Unidos se enfrenta a “amenazas crecientes” por parte de China y de Rusia, unas “potencias revisionistas” que “tratan de crear un mundo de acuerdo con sus modelos autoritarios”, declaró este viernes el secretario estadounidense de Defensa, Jim Mattis, en la presentación de su nueva Estrategia de defensa nacional.
El Ejército estadounidense necesita, por tanto, medios previsibles para modernizarse porque su “ventaja competitiva disminuye en todos los ámbitos -aéreo, terrestre, marino, espacial y ciberespacial- y no deja de disminuir”, añadió el jefe del Pentágono en la presentación de este documento en Washington.
El presidente Donald Trump, quien presentó el mes pasado su nueva Estrategia de seguridad nacional, de la que el documento anunciado por Mattis es su vertiente militar, había señalado entonces que las “potencias rivales, Rusia y China, intentaban cuestionar la influencia, los valores y la riqueza de Estados Unidos”.
“Enfrentamos amenazas crecientes de poderes revisionistas tan distintos como China y Rusia, naciones que tratan de crear un mundo de acuerdo con sus modelos autoritarios”, escribió Mattis en la introducción de la propuesta.
La nueva estrategia de defensa, la primera desde hace diez años, “reconoce que China y Rusia en particular han obrado asiduamente desde hace varios años para desarrollar sus capacidades militares”, y que durante ese tiempo Estados Unidos se había consagrado a la “lucha contra el terrorismo y los estados parias”, explicó a la prensa el subsecretario de Defensa encargado de la estrategia, Elbridge Colby.
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El documento, de una cincuentena de páginas y del que el Pentágono solo ha hecho público un sumario de una decena de páginas, acusa a China de haber utilizado “tácticas económicas depredadoras para intimidar a sus vecinos militarizando el mar de China”.
En cuanto a Rusia, la denuncia por haber “violado las fronteras de países vecinos”, una alusión a la anexión de la península ucraniana de Crimea por parte de Moscú en el 2014, que fue seguida por un conflicto en el este del país.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, rechazó en las Naciones Unidas esas acusaciones y describió la nueva estrategia de defensa de Estados Unidos como dirigida a la confrontación, y sugirió que refleja una campaña de los militares estadounidenses por “más recursos financieros”.
Erosión de poderío
Colby expresó a periodistas que la estrategia de Mattis busca atender la “erosión” de la ventaja militar estadounidense en el mundo.
Sin embargo, señaló que “no se trata de una estrategia de confrontación, sino de una estrategia que reconoce la realidad de una competencia” militar intensificada por parte de esas dos grandes potencias.
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El encargado de estrategia precisó que Irán y Corea del Norte, incluidos por Washington en la categoría de estados “parias”, desestabilizan su región pretendiendo dotarse con el arma nuclear y apoyando el terrorismo”.
Empero, añadió, si bien la lucha contra el terrorismo, aunque sigue siendo “importante”, no es la prioridad.
Para responder a este panorama incierto, Estados Unidos ha decido ser menos previsible y menos rígido. “Cambiando la postura de nuestras fuerzas daremos prioridad a la preparación al combate en conflictos mayores, lo que nos hará ser estratégicamente previsibles para nuestros aliados, pero operacionalmente imprevisibles para nuestros adversarios”, planteó Mattis.
Además, Washington pretende obtener una mejor “distribución de la carga” de los aliados, según el documento, que también propone “fortalecer” la Organización del ratado del Atlántico Norte (OTAN).
“Esperamos que nuestros aliados europeos respeten su promesa de aumentar sus presupuestos de defensa y de modernización para reforzar la alianza ante nuestras preocupaciones comunes de seguridad”, precisó.
Interrogado sobre este tema, Mattis aseguró haber sido “alentado” por las primeras respuestas de los aliados ante la cuestión. “Ha sido mejor de lo que me esperaba”, declaró.
El secretario de Defensa también señaló que, para llevar a cabo una mejor cooperación, el Pentágono tiene que aprender “no solamente a escuchar”, sino también a “dejarse persuadir” por los aliados. “Las mejores ideas no vienen del país que tiene los mejores portaaviones”, afirmó.
La nueva estrategia militar estadounidense no menciona en ningún momento el cambio climático, que el predecesor de Donald Trump, Barack Obama, consideraba un verdadero asunto de seguridad nacional. Trump, en cambio, considera que ese fenómeno es un fraude y el año pasado anunció la retirada de Estados Unidos del histórico acuerdo sobre el clima de París.