Ginebra. AFP. Luego de darle un giro “radical” al combate al “terrorismo” y “causarle un daño significativo”, Rusia empezará a retirar, desde este martes, las tropas que envió a Siria para apoyar el régimen de Damasco.
El presidente, Vladimir Putin, ordenó este lunes dicha medida, coincidiendo con el inicio de las negociaciones indirectas en Ginebra entre el Gobierno y la oposición para poner fin a cinco años de guerra civil.
El mandatario dio la orden al Ministerio de Defensa después de acordarlo con el gobernante sirio, Bashar al-Asad.
“La tarea encomendada al Ministerio de Defensa y a las Fuerzas rmadas ha sido cumplida, por lo que ordené al Ministerio de Defensa que a partir de mañana (martes) comience el retiro de la mayor parte de los contingentes militares de la República Árabe de Siria”, dijo Putin al ministro, Sergéi Shoigu, en un comentario televisado.
Rusia comenzó en setiembre una campaña de bombardeos para apoyar al Gobierno sirio, una operación que ayudó a apuntalar las fuerzas del régimen y a tomar una posición ofensiva.
No obstante, las esperanzas de paz siguen siendo inciertas, ya que las diferencias entre las partes en conflicto siguen siendo abismales, en especial con respecto al futuro de al-Asad, cuya partida exigen los opositores.
En Ginebra, la oposición siria acogió con prudencia el anuncio e indicó que esperaría a poder verificar en terreno el repliegue.
La Presidencia rusa señaló que Putin llamó al gobernante sirio para informarle.
Misión cumplida. “Los dos líderes destacaron que las acciones de la Fuerza Aérea rusa permitieron cambiar de manera radical la lucha contra el terrorismo, golpear la infraestructura de sus combatientes y causarles un daño significativo”, declaró el Kremlin.
“Tomando eso en consideración, el presidente de Rusia señaló que la tarea principal de las Fuerzas Armadas rusas en Siria fue completada. Se acordó la retirada de la mayor parte del contingente”, puntualizó el comunicado, según el cual Moscú mantendrá una base aérea para monitorizar el alto el fuego, impulsado en unión con Washington y que rige desde el 27 de febrero.
Según el embajador ruso en Naciones Unidas, Vitali Churkin, el cambio de estrategia se explica por la voluntad de Moscú de impulsar una solución política.
Estados Unidos, por su parte, se mostró cauto.
“Tendremos que ver cuáles son las intenciones exactas de Rusia”, manifestó el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
Para Berlín, si este anuncio se concreta, va a contribuir a aumentar la presión sobre al-Asad.
“Si el anuncio de un retiro de las tropas rusas se concreta, esto aumenta la presión sobre el régimen del presidente Asad para negociar al fin de manera seria una transición”, expresó el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier.
Negociación política. El anuncio se produjo horas después del inicio de las negociaciones en Ginebra, con mediación de Naciones Unidas, centradas en la transición política.
“¿Cuál es el tema principal? La madre de todos los temas es la transición política”, declaró el emisario especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, en referencia al principal tema de discordia entre el Gobierno sirio y la oposición.
Empero, el régimen no se plantea hablar del futuro de al- Asad, reelecto en el 2014, en plena guerra, para siete años más.
“Queremos un diálogo entre sirios, pero sin condiciones previas”, advirtió el embajador de Siria ante las Naciones Unidas (ONU), Bashar al-Jaafari.
Entre tanto, la oposición quiere que en seis meses se instale un “órgano de transición” luego de la salida de al-Asad.
Sin embargo, para el régimen de Damasco, esta autoridad transitoria, es más una simple remodelación ministerial para formar “un gobierno de unidad”; es decir, ampliado a opositores, pero bajo la autoridad del presidente Bashar al-Asad.
Ese nuevo gobierno, según el canciller sirio, Walid Mouallem, designará a un comité para “redactar una nueva Constitución o enmendar la actual”. El texto sería luego sometido a referendo.
El conflicto sirio, que comenzó el 15 de marzo del 2011 con unas protestas pacíficas reprimidas de forma sangrienta, se ha transformado en una compleja contienda con un gran número de actores locales e internacionales.
Desde entonces, más de 270.000 personas han muerto y millones han tenido que abandonar sus hogares, provocando por extensión una crisis migratoria en la Unión Europea.
La guerra han permitido el auge y la implantación de grupos yihadistas como el Estado Islámico y el Frente al-Nusra , filial local de al-Qaeda, excluidos de la tregua en vigor.