Kenosha, EE. UU. Los balazos que recibió el afroestadounidense Jacob Blake de un policía blanco reavivaron la furia contra el racismo en Estados Unidos con nuevas manifestaciones y un boicot del mundo deportivo.
Una precaria calma reina este jueves en Kenosha, Wisconsin, en el norte del país, donde se esperan refuerzos federales de policías y soldados de la Guardia Nacional, luego de que el martes por la noche enfrentamientos entre manifestantes y grupos de autodefensa dejaron dos muertos y un herido grave.
Un adolescente de 17 años, que había publicado en redes sociales numerosos mensajes de apoyo a la Policía y exponía su afición por las armas, fue arrestado el miércoles y acusado por los asesinatos. Se sospecha que abrió fuego con un rifle de asalto.
La noche del miércoles cientos de personas desafiaron el toque de queda y marcharon pacíficamente por las calles de esa ciudad de 170.000 habitantes donde un agente le disparó siete veces por la espalda a Blake, de 29 años, ante la mirada de sus tres hijos.
“Todo el mundo está esperando que salgamos con furia, que nos volvamos locos en la cuarta noche, pero estamos haciendo una protesta pacífica como se supone que debemos hacer”, dijo Big Homie Trail, un músico que participó en la protesta.
El miércoles la noche fue más caótica en Oakland, California, donde un tribunal fue atacado, y en Minneapolis, Minnesota, donde cerca de 20 negocios fueron saqueados y vandalizados en medio de un rumor infundado de un nuevo acto de brutalidad policial.
Esa ciudad está a flor de piel desde el 25 de mayo, cuando George Floyd, un afroestadounidense que falleció asfixiado por un agente blanco durante su arresto. Esa muerte desató una ola de protestas a favor de los derechos civiles sin precedentes en décadas.
El movimiento se había atenuado en las últimas semanas, pero el caso Blake reabrió heridas. Blake sobrevivió, pero se teme que quede paralítico, según su abogado.
El autor de los disparos, el agente Rusten Sheskey fue despedido, pero no detenido ni inculpado. La Justicia federal anunció una investigación paralela a la de la Justicia local.
Protesta en del deporte
Las imágenes de los disparos contra Blake provocaron una movilización sin precedentes en el mundo del deporte, iniciada por el equipo de baloncesto Milwaukee Bucks. Sus jugadores boicotearon un partido y obligaron a la NBA a posponer varios otros juegos el miércoles y jueves.
La NBA esperaba reanudar los juegos el viernes o el sábado, dijo su vicepresidente, Mike Bass.
“Exigimos un cambio. Estamos hartos de esto”, escribió en Twitter la estrella de Los Angeles Lakers, LeBron James.
And y’all wonder why we say what we say about the Police!! Someone please tell me WTF is this???!!! Exactly another black man being targeted. This shit is so wrong and so sad!! Feel so sorry for him, his family and OUR PEOPLE!! We want JUSTICE https://t.co/cJxOj1EZ3H
— LeBron James (@KingJames) August 24, 2020
Por otra parte, la tenista japonesa Naomi Osaka se negó en un primer momento a jugar una semifinal del torneo de Cincinatti el jueves, pero finalmente aceptó disputar el encuentro después de que la organización aplazó las semifinales al viernes. También se han pospuesto partidos de fútbol y béisbol.
Sin decir una palabra sobre Jacob Blake, el presidente Donald Trump puso énfasis en repudiar los incidentes en las manifestaciones. El miércoles afirmó no estar dispuesto a tolerar “la anarquía en las calles de Estados Unidos”.
Este jueves, Trump pronunciará un discurso de investidura como candidato presidencial republicano en las elecciones de noviembre y se esperan contramanifestaciones.
Para el viernes decenas de miles de personas son esperadas en Washington para exigir el fin del racismo.
Uno de los organizadores de las marchas, el emblemático activista de los derechos civiles Jesse Jackson, llegó a Kenosha para exigir el enjuiciamiento de los policías involucrados en el caso Blake.
En una conferencia de prensa, instó a los estadounidenses a acudir a las urnas para "terminar con el desierto moral en la cima" del Estado y acusó a Trump de tener "poca aspiración de justicia y decencia".
Jackson, un pastor bautista, pidió a los manifestantes mantener la calma. “No dejemos que los incendios se conviertan en imagen de la campaña”, declaró.