Washington. Estados Unidos e Irán no se quitan la mirada: ansiosos por no parecer demasiado débiles ante el enemigo, los dos países suben la apuesta, a riesgo de posponer el rescate del acuerdo nuclear iraní prometido por el presidente Joe Biden.
Después de hacer esperar diez días a Washington, Teherán finalmente rechazó su oferta de diálogo directo el domingo. Las autoridades iraníes dijeron que no consideraban que fuera el "momento apropiado".
Las autoridades iraníes protestan por las “posiciones y acciones recientes de Estados Unidos” y de los signatarios europeos del acuerdo internacional firmado en el 2015 con Teherán para evitar que se equipe con la bomba atómica.
La causa fueron los ataques estadounidenses de la semana pasada en Siria contra grupos proiraníes acusados de aumentar los ataques con cohetes contra los intereses estadounidenses en Irak, así como la firmeza mostrada por los europeos, junto con los estadounidenses, contra las violaciones iraníes del acuerdo de 2015.
El "no" de Irán no significa el fin de la diplomacia, pero complica la situación.
“Los iraníes quieren demostrar que no se apresuran” a negociar con los estadounidenses, declaró Barbara Slavin, del grupo de reflexión Atlantic Council. “Es una forma de decirles: ‘¿nos están presionando?’ Bueno, también podemos presionarlos”.
El entonces presidente estadounidense Donald Trump retiró en el 2018 a Estados Unidos del acuerdo nuclear iraní, que consideró insuficiente, y restableció todas las sanciones estadounidenses contra Teherán. En represalia, la República Islámica comenzó a retirarse de sus compromisos atómicos.
Biden ha asegurado que volvería al acuerdo si Irán respeta sus compromisos. Pero el demócrata parece decidido a evitar a toda costa que se le tache de débil o ingenuo.
Según Trita Parsi, autora de un libro sobre las largas negociaciones que condujeron al pacto del 2015, el mensaje que se desprende de él “es que el gobierno de Biden está tratando de encarrilar una versión del acuerdo nuclear sin provocar la ira de los republicanos o de los israelíes y saudíes”, oponentes regionales de los iraníes que se han opuesto sistemáticamente. “Y eso es imposible”.
Esta voluntad de mostrar músculo ya ha llevado a ambos países a cometer “errores de juicio” en las últimas semanas, lamentó el vicepresidente ejecutivo del think tank Quincy Institute for Responsible Statecraft.
Errores en el pulso
Disparar cohetes en Irak para presionar a los estadounidenses es “un error colosal por parte de los iraníes”, dijo, mientras que la respuesta militar estadounidense, aunque “comprensible”, dejó la impresión de que estaba dirigida principalmente a “tranquilizar a los saudíes”, lo que corre el riesgo de enfadar aún más a Teherán.
Hasta ahora, el gobierno de Biden sólo ha hecho gestos simbólicos, como renunciar a la exigencia del regreso de las sanciones de la ONU, que esta se había negado a restablecer.
Pero incluso este pequeño paso fue coartado por Trump quien, en su primer discurso desde que dejó la Casa Blanca, acusó falsamente a su sucesor de haber “abandonado todas las tácticas de presión estadounidenses incluso antes de que comenzaran las negociaciones”.
Y varios líderes republicanos del Senado estadounidense han enviado una carta al nuevo mandatario advirtiéndole de que no haga ninguna concesión financiera antes de las negociaciones.
Estados Unidos "no debe plegarse a una emergencia o a plazos artificiales", como las elecciones presidenciales de junio en Irán, aseguraron.
¿El diálogo estuvo siempre en un punto muerto?
Se podría pensar que sí, hasta el punto de que Teherán siempre pide el levantamiento previo de las sanciones cuando Washington dice que quiere sentarse a la mesa de negociaciones antes de considerar cualquier acción.
Se podría pensar que sí, hasta el punto de que Teherán siempre pide el levantamiento previo de las sanciones cuando Washington dice que quiere sentarse a la mesa de negociaciones antes de considerar cualquier acción.
Sin embargo, los defensores del acuerdo del 2015 instan al gobierno de Estados Unidos a desbloquear la situación, por ejemplo, autorizando a Corea del Sur para que levante la congelación de miles de millones de dólares que debe a los iraníes por compras pasadas de petróleo. O aprobando un préstamo del Fondo Monetario Internacional a Irán.
“La única opción viable en este momento parece ser la mediación europea” para que “Irán y Estados Unidos cedan un poco de lastre sin reunirse en persona”, expresó en Twitter Ali Vaez, de la organización de prevención de conflictos International Crisis Group.
“Irán debería aceptar una reunión”, consideró Barbara Slavin. Sin embargo, subrayó que esto no sería una “concesión” o un “avance” en sí mismo.
“Se trata de Estados Unidos e Irán, nunca es fácil”.