Riad y Washington. Las armas utilizadas en el ataque en Arabia Saudí, que redujo el abastecimiento mundial de petróleo, fueron fabricadas en Irán, afirmó este lunes la coalición dirigida por Riad en Yemen, lo que aumentó los temores de un conflicto regional desatados con las acusaciones de Washington contra Teherán.
Los ataques del fin de semana en Abqaiq, la mayor planta de procesamiento de petróleo del mundo, y el campo petrolífero de Jurais, en el este del reino, hicieron subir los precios del petróleo el lunes.
La ofensiva fue reivindicada por los rebeldes hutíes chiitas de Yemen, un país en guerra en el que Arabia Saudí interviene al frente de una coalición militar desde el 2015, junto al gobierno, para intentar frenar a la rebelión apoyada por Irán.
Pero Washington culpó a Teherán. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, manifestó este lunes que “parece” que Irán es responsable, y expresó su determinación para ayudar a Arabia Saudí, al tiempo que afirmó que le gustaría “evitar” una guerra con la República Islámica.
The United States military, with our interagency team, is working with our partners to address this unprecedented attack and defend the international rules-based order that is being undermined by Iran.
— Archive: Dr. Mark T. Esper (@EsperDoD) September 16, 2019
El secretario de Defensa, Mark Esper, dijo que Estados Unidos va a “defender” al orden internacional si Irán lo debilita.
“Los militares de Estados Unidos, junto a nuestro equipo interinstitucional, están trabajando con nuestros socios para hacer frente a este ataque sin precedentes y para defender el orden internacional, basado en un sistema reglas, de ser debilitado por Irán”, escribió en Twitter el jefe del Pentágono.
Culpas a Irán
La coalición liderada por Arabia Saudí también apuntó el dedo contra Irán, y señaló que se está investigando el origen de los disparos.
"La investigación sigue y todas las indicaciones muestran que las armas utilizadas provienen de Irán", declaró a la prensa en Riad el portavoz de la coalición, el coronel saudí Turki al Maliki.
Asimismo, añadió que también se investiga el origen de los disparos, que el sábado alcanzaron instalaciones petroleras en Arabia Saudí, primer exportador de crudo del mundo y miembro de peso de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
El ataque hizo que la producción de petróleo del reino se redujera a la mitad. Ahora, las autoridades estudian la posibilidad de aplazar la entrada en bolsa del gigante petrolero Armaco, según fuentes próximas al caso.
El presidente iraní, Hasán Rohaní, justificó este lunes los ataques, al señalar que Yemen es blanco de bombardeos saudíes.
“El pueblo de Yemen se ha visto obligado a responder. Solo se defiende”, declaró en Ankara, al concluir una cumbre sobre Siria con sus homólogos ruso y turco, Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan, respectivamente.
Para Teherán, esas acusaciones son “sin sentido” e “incomprensibles”, según las declaraciones del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Abás Musavi.
Los hutíes continúan atribuyéndose la responsabilidad de los ataques, y este lunes amenazaron incluso con lanzar otros contra objetivos en Arabia Saudí, un país vecino de Yemen que la insurgencia yemení ha atacado en varias ocasiones desde el 2015.
“Tenemos el brazo largo y este puede alcanzar cualquier lugar en cualquier momento”, advirtió el portavoz militar del grupo, Yahiya Saree, dirigiéndose al “régimen saudí”.
Peligro en ciernes
Otros actores internacionales expresaron este lunes su inquietud por los últimos hechos en la península Arábiga.
El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, se mostró “muy preocupado por el riesgo de escalada”.
“Llamamos a todas las partes a impedir estos ataques, ya que podrían tener consecuencias negativas para toda la región”, comentó
Según Stoltenberg, “Irán apoya a diferentes grupos terroristas y es responsable de la desestabilización de toda la región”.
Rusia, por su parte, a la comunidad internacional a "no sacar conclusiones apresuradas" tras el ataque.
“Instamos a todos los países a abstenerse de cualquier acción o conclusión apresurada que incluso podría agravar la situación” y a “mantener una línea que ayude a rebajar” la tensión, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Pero el presidente Vladimir Putin vio una posibilidad de vender armas a Riad.
“Estamos dispuestos a ayudar a Arabia Saudí para que pueda proteger su territorio. Podría hacerse de la misma forma en que lo hizo Irán, comprando los sistemas de misiles rusos S-400”, declaró Putin en Ankara. Estas armas “seguramente protegerán cualquier sitio de infraestructuras en Arabia Saudita”.
Los ataques del sábado contra la planta de procesamiento de petróleo de Abqaiq y el yacimiento de Jurais, en el este de Arabia Saudí, fueron de gran envergadura: conllevaron una caída de la mitad de la producción saudí (5,7 millones de barriles diarios; es decir, cerca del 6% del abastecimiento mundial).
Golpe a Aramco
En este contexto, las autoridades del reino wahabita estudian la posibilidad de aplazar la entrada en bolsa del gigante petrolero Aramco, indicaron fuentes conocedoras del caso.
“Están tratando de examinar los daños. Es una posibilidad, pero todavía es muy temprano”, declaró uno de los informantes, bajo condición de anonimato.
En un intento por calmar al mercado, el nuevo ministro de Energía saudí, el príncipe Abdulaziz bin Salman, dijo el domingo que el país usaría sus vastos inventarios para compensar parcialmente la pérdida de producción.
Trump afirmó el lunes que su país no “necesita petróleo ni gas de Oriente Medio”, pero prometió “ayudar” a sus aliados. El domingo autorizó el uso de petróleo de las reservas estratégicas del país.
Su secretario de Energía, Rick Perry, intentó frenar la explosión de los precios del crudo al subrayar la “cantidad sustancial de petróleo disponible”. Consideró que es “prematuro” hablar sobre la necesidad de recurrir a las reservas