
Madrid, España. Más de 1.100 muertes se pueden atribuir a la ola de calor de 16 días que acaba de terminar en España, según estimaciones del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
El número exacto de fallecidos atribuibles a esta ola de calor, que se extendió del 3 al 18 de agosto, asciende a 1.149, según el sistema “MoMo” del ISCIII, que estudia las variaciones de la mortalidad general diaria respecto a lo que sería esperable según las series históricas.
A continuación, integra los factores externos que pueden explicar esta diferencia. Entre estos factores figuran, en particular, las temperaturas comunicadas por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
El sistema no puede establecer una causalidad absoluta entre las muertes registradas y las condiciones climáticas, pero las cifras constituyen la mejor estimación del número de muertes en las que la ola de calor pudo ser el factor decisivo.
Ya en julio, MoMo había atribuido unas 1.060 muertes al calor, lo que supone un aumento de más del 50% con respecto a julio de 2024.




Las ‘horas difíciles’ no han terminado
Pese a haber acabado la ola de calor, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, avisó de que “quedan horas difíciles” en la lucha contra las llamas.
“A los medios de comunicación les pido, y también a los ciudadanos y ciudadanas (...) que extremen las precauciones, que no nos confiemos, que quedan momentos críticos, que quedan horas difíciles”, dijo Sánchez.
El dirigente socialista se dirigió a la prensa tras visitar el centro de mando de un operativo contra un incendio en Extremadura, una región del oeste del país que es una de las más afectadas.
Se trata de la segunda visita de Sánchez a la zona de incendios, y, como en la primera, el domingo en Galicia, planteó de nuevo la necesidad de alcanzar “un pacto de Estado frente a la emergencia climática”.
“Cada año se agrava la emergencia climática, cada año es más recurrente y cada año se aceleran los efectos de esta emergencia climática”, en particular “en la península ibérica”, argumentó el mandatario.
Tras dieciséis días en que los 40 ºC fueron la norma en muchos lugares del país, este martes las temperaturas bajaron en toda España y la humedad aumentó en muchos lugares, lo que debería facilitar el trabajo de los bomberos, apoyados por soldados y bomberos procedentes de muchos otros países.
Aunque la extinción de estos incendios no es inminente, el fin el lunes de la ola de calor que asoló España durante 16 días mejora las posibilidades de lograrlo.
Se trata de una “reducción de entre 10 y 12 grados de las temperaturas máximas, a lo que hay que añadir también el aumento en los índices de humedad”, explicó en la televisión pública TVE Nicanor Sen, delegado del Gobierno (prefecto) en Castilla y León.
Algunos incendios provocados
Al reducir la humedad del aire, de la vegetación y del suelo, y al bajar el umbral para que un material se inflame, las olas de calor convierten la vegetación en un combustible extremadamente inflamable, lo que complica aún más el control y la extinción de los incendios.
Para la extinción total quedan semanas, estiman las autoridades, y tres regiones de la mitad occidental del país, Galicia, Castilla y León y Extremadura, siguen luchando contra enormes incendios que han quemado decenas de miles de hectáreas en menos de dos semanas.
Según los datos del satélite europeo Copernicus, desde principios de año se han calcinado en España unas 373.000 hectáreas, una cifra en constante aumento que ya supone un récord anual para el país desde que el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) comenzó a recopilar estos datos en 2006.
Decenas de pueblos y sus miles de vecinos han tenido que ser evacuados, hay decenas de carreteras cortadas y el tráfico en tren de Madrid a Galicia está interrumpido.
Muchos de los incendios son el resultado de rayos durante tormentas secas, sin agua, pero también se sospecha que algunos fueron provocados.
Así, 32 personas fueron detenidas en relación con los incendios y hay 188 investigaciones abiertas, informó este martes el ministerio de Interior en la red social X.
Portugal ostenta el récord europeo desde que se iniciaron los registros en 2006, con 563.000 hectáreas quemadas en 2017, en incendios que causaron 119 muertos.
