El Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) informó sobre el retiro inmediato del mercado de carne de la especie bovina, producida por el establecimiento Ganadero Industriales de Costa Rica, GICO S.A, Establecimiento N°9 por la detección del microorganismo Escherichia coli STEC: Serogrupo O103, un patógeno que representa un riesgo para la salud pública.
El Senasa presentó una lista de 15 cortes de carnes contaminadas de las marcas Gico, La Granja y Ferro. La institución recomendó a la población que sí ya había adquirido alguno de los productos no los consuma. En el caso de las devoluciones indicó comunicarse al número 2484-0200.
Entre los cortes están carne molida, bistec especial, lomo ancho parrillero, cecina, bistec económico, quititeña, cacho paleta, bistec de res adobado criollo, medallón de lomito y carne de res tenderizada para sopa.
La bacteria se detectó durante los análisis que realiza regularmente en los establecimientos que procesan alimentos de origen animal para el consumo humano, indicó a La Nación Olivet Cruz, jerarca de la Dirección de Inocuidad de Productos de Origen Animal (Dipoa) del Senasa.
Explicó que, en conjunto con el establecimiento, determinaron que no lograron recuperar toda la carne contaminada y que una parte ya estaba en el comercio. Por esa razón, desde anoche iniciaron el retiro del mercado y este domingo emitieron el aviso público a los consumidores.
“Hay análisis específicos para los microorganismos y encontramos Escherichia coli, que es una toxina de importancia para la salud pública, como parte de un muestreo regular”, señaló Cruz.
El funcionario explicó que los efectos de esta bacteria en los seres humanos dependen de sus condiciones inmunológicas. En niños pequeños, adultos mayores y personas con enfermedades, puede provocar diarrea, vómitos, dolores abdominales y afecciones renales.
Aseguró que “no es la primera vez que ocurre” en los establecimientos. “Lo importante es que hay un grupo enorme de este tipo de microorganismo Escherichia coli. Con alguna frecuencia se encuentra, pero se debe descartar que sea este organismo en específico, que es la variedad que produce toxinas, ya que esto no es tan frecuente”, dijo el funcionario.
Cruz añadió que, cuando las empresas ya han enviado el producto a la venta, corresponde publicar un comunicado para que la población no lo consuma. Confirmó que el establecimiento no recibirá una sanción económica.
Aclaró que los comercios pueden seguir comercializando sus productos. “Los establecimientos hacen las muestras y deciden si quieren liberar o retener. Pero si deciden liberar y ocurre un problema de este tipo, deben retirarlos del mercado, lo que evidentemente genera una afectación en su imagen y un riesgo para la salud”.
Cruz explicó que los establecimientos no requieren autorización del Senasa para cada lote que sacan al mercado. “Senasa autoriza al establecimiento como un todo y establece los controles”. Agregó que, cuando se detectan casos de contaminación, el 100% de los establecimientos retienen los productos. Sin embargo, en este caso ocurrido el fin de semana, ya se habían elaborado y enviado para la venta productos del lote, que en ese momento estaba retenido.
“Es un tema de manejo de la trazabilidad. No liberaron el producto sabiendo que tenían un resultado pendiente, sino que liberaron un lote que, al final, terminó afectado. Tenían el lote madre guardado, pero hubo otros lotes involucrados”, concluyó.
La Dipoa se encarga de garantizar la calidad y seguridad sanitaria de los productos y subproductos de origen animal y sus derivados, tanto para el consumo nacional como para la exportación.

