Empresarios de carne se quejaron ante la Dirección de Investigaciones Criminales (DIC), de que en varios restaurantes, hoteles y otros negocios afines, ya no se les compraban ciertas postas finas, como punta de lomo, lomito y otras, por cuanto desconocidos les vendían esa carne fina a ¢2.50, en tanto que ellos la vendían a ¢8, que es el precio justo.