Los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos han mostrado mayor volatilidad en lo que va del 2025. Desde inicios de abril, cuando el presidente Donald Trump anunció su política arancelaria, estos han registrado un leve aumento, en especial los de largo plazo.
Especialistas consultados por La Nación coinciden en que esta dinámica en las tasas de interés de la deuda estadounidense podría generar presión sobre los rendimientos de bonos emitidos por países como Costa Rica.
No obstante, señalaron que el país sigue siendo atractivo para los inversionistas, lo que permitiría enfrentar el panorama de mayor incertidumbre al momento de colocar títulos en el mercado internacional.
Esto cobra mayor relevancia ante la iniciativa del Poder Ejecutivo de emitir títulos valores en el mercado internacional. La primera se colocaría en el 2025 por un monto de $1.000 millones cada una.
Esta solicitud responde a que Hacienda no realizó la emisión correspondiente a 2024, autorizada en la ley original de eurobonos aprobada en 2022, por lo que solicitó trasladar las dos emisiones pendientes. El proyecto, que aún sigue en negociaciones, fue aprobado en primer debate, pero aún resta el segundo.
Juan Pablo Arias, analista económico bursátil de la Bolsa Nacional de Valores (BNV), indicó que la mayor demanda por los bonos del Tesoro ha impulsado un aumento en su precio, ya que los inversionistas los consideran activos de refugio.
Mauricio Moya, líder de Inversiones de Mercado de Valores, afirmó que los rendimientos de los bonos del Tesoro impactan los retornos de todos los instrumentos en dólares, incluidos los emitidos por Costa Rica.
Arias añadió que, en este contexto, los bonos de países en desarrollo, como Costa Rica, tienden a perder atractivo, ya que disminuye el interés de los inversionistas en esos instrumentos.
“Esa menor disposición de recursos a su vez conduce a una disminución en la demanda y una reducción en su precio, por lo que para salir a captar en mercados internacionales se tendría que aumentar el rendimiento que van a percibir los potenciales inversionistas, lo que significa un encarecimiento en el costo de endeudamiento para Hacienda”, afirmó el analista de la BNV.
Sin embargo, Moya sostuvo que en el 2025 el impacto de los rendimientos del Tesoro no ha sido tan marcado y que los bonos ticos siguen siendo apetecidos. Agregó que colocar deuda en el exterior podría resultar ligeramente más barato.
“Durante el 2025, la deuda costarricense sigue siendo bastante apetecida, al menos el stock existente a nivel internacional, que es pequeño comparado con economías más grandes, como México o Brasil”, expresó Moya.
Arias advirtió que deben considerarse otros factores de los mercados internacionales que pueden incidir en el precio de las nuevas emisiones de bonos de Costa Rica, como la situación fiscal, el crecimiento económico, así como la estabilidad en indicadores como la inflación, el tipo de cambio y las tasas de interés.
En ese sentido, señaló que, si bien puede haber un efecto negativo en el costo de los eurobonos, este podría compensarse o incluso revertirse por factores internos de la economía nacional.
“La decisión debería tomarse considerando cuál sería el menor costo de financiarse por parte del Gobierno: ya sea en mercados internacionales o en el mercado local. Además, también se deben analizar temas como el riesgo cambiario en caso de emitir en moneda externa y la diversificación de las fuentes de financiamiento”, comentó Arias.
Freddy Quesada, gerente de INS Valores, comentó que los mercados de deuda de países emergentes, como Costa Rica, se han mantenido relativamente estables. “Costa Rica es un emisor bien valorado por su situación fiscal y por ciertos indicadores que presentan un nivel de diferenciamiento respecto a otros emisores”, añadió.
En los últimos meses, la prima de riesgo país de Costa Rica se ha mantenido estable, de acuerdo con el Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI, por sus siglas en inglés).
Al 23 de junio, se situaba en 2,04 puntos porcentuales por encima del rendimiento de los bonos del Tesoro. Los rendimientos de bonos soberanos de países emergentes, como Costa Rica, toman como referencia los bonos del Tesoro y pagan un margen adicional, o spread.
Ese margen se calcula en el EMBI, calculado por la firma JP Morgan Chase. Mientras más riesgo tenga un país de incumplir los pagos de esos bonos, más alto será el EMBI de ese territorio.
Incertidumbre en los mercados
Actualmente, varios factores generan incertidumbre en los mercados internacionales y aumentan la volatilidad. Quesada explicó que uno de ellos es un entorno con mayor inflación y menor crecimiento económico, lo que podría impactar las decisiones sobre tasas de la Reserva Federal (Fed).
A esto se suma la incertidumbre en torno a las políticas arancelarias impulsadas por el presidente Trump y los conflictos en Medio Oriente. “En este escenario, los bonos del Tesoro se han comportado de forma bastante volátil. A pesar de lo anterior, los bonos de países emergentes, incluidos los de Costa Rica, no se han afectado tanto en volatilidad de precios o en una venta masiva”, comentó Quesada.
No obstante, advirtió que aún no se puede anticipar cómo se comportarán las tasas en el segundo semestre del 2025. “El Ministerio de Hacienda debe ser bien estratégico al momento de salir con una emisión (...) Si este semestre ha sido volátil, el último trimestre del año podría ser un momento más propicio”, externó.
El alza en las tasas de los bonos del Tesoro estadounidense, particularmento en los de largo plazo, inició en abril. Su comportamiento ha sido volátil en el año: registraron un fuerte repunte en enero, seguido por una reducción posterior.
Al 7 de julio, el bono estadounidense a cinco años ofrecía un rendimiento del 3,96% y, a inicios de mes, superó el 4%. El de 10 años alcanzó un rendimiento del 4,4% y el instrumento a 30 años registró un 4,92%.
Condiciones del mercado interno
Arias explicó que, aunque el mercado interno cuenta con amplia liquidez, muchos de los inversionistas institucionales ya alcanzaron su límite de exposición a deuda del Gobierno, lo que podría dificultar nuevas colocaciones a nivel local.
Advirtió que una emisión elevada por parte del Ministerio de Hacienda también podría reducir la capacidad del mercado bursátil para financiar a otros emisores, en especial del sector privado. Esto elevaría las tasas de interés y encarecería el financiamiento de nuevos proyectos.
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Por su parte, Moya señaló que las emisiones en mercados internacionales pueden implicar costos ligeramente menores y una colocación más ágil de montos elevados, en relación con el mercado interno.
Esto se debe a una mayor capacidad de absorción en el exterior. De hecho, las últimas emisiones de Costa Rica han presentado una sobredemanda, aseguró el especialista de Mercado de Valores.

