El sector agropecuario en Costa Rica atraviesa un momento complicado: ya acumula tres trimestres seguidos en caída, lo que en economía se conoce como una recesión técnica.
Los datos de crecimiento interanual del producto interno bruto (PIB) revelan la contracción de la actividad, según el registro el Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Además, el índice censual de la actividad agropecuaria (Imagro), que mide la evolución de la agricultura y la ganadería, suma ocho meses en números rojos en el indicador general.
Sin embargo, el Imagro refleja que la debacle es aún mayor en la producción destinada al mercado local, pues no repunta desde hace 19 meses. Mientras que la producción para exportación tiene seis meses consecutivos con variaciones negativas.
La producción de agricultura, silvicultura y pesca, estimada en ¢419.800 millones, representó el 3,7% del PIB nacional al segundo trimestre del 2025, según el último dato registrado por el ente emisor.
En ese momento, el sector reportó 189.004 personas ocupadas, lo cual representa una caída del 10,6% frente a las 211.394 del mismo periodo del año pasado. En números absolutos, significa 22.390 empleos menos.
La Nación solicitó al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) su valoración sobre esta tendencia negativa. Al cierre de esta nota, no se había obtenido respuesta.
Las causas de la crisis
Para Óscar Arias Moreira, presidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustrias (CNAA), la crisis del agro obedece a una mezcla de factores: efectos climáticos adversos, problemas de competitividad, la apreciación del tipo de cambio y el aumento de las importaciones.
Arias asegura que la situación es generalizada, tanto en los productos de consumo interno como en los de exportación.
“Esta es una recesión anunciada desde el 2022, cuando el Banco Central introdujo la política cambiaria que ha provocado una apreciación forzada del tipo de cambio que se ha venido acumulando en tres años. Ninguna empresa agrícola puede sostenerlo y, por tanto, hay crisis”, afirmó.
El dirigente advirtió de que la reducción del empleo en las zonas rurales es mucho mayor.
“Es tiempo de que el gobierno tome en serio la caída del empleo y la tendencia del Imagro; realmente la crisis es profunda”, aseveró Arias.
“Hay un abandono completo de las instituciones del sector público. No hay un liderazgo que promueva una agricultura más productiva. Se puede cerrar hoy el Ministerio de Agricultura y no pasa nada".
— Víctor Umaña, economista.
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El panorama para el banano, segundo producto agrícola de exportación, tampoco es alentador. Omar Sánchez, jefe de Estadística de la Corporación Bananera Nacional (Corbana), explicó que desde el último trimestre del 2024 enfrentan una reducción en la producción por el exceso de lluvias, lo cual además propicia la propagación de la plaga de sigatoka negra, causada por un hongo.
Debido a ello, las exportaciones cayeron en 2025. Solo en el primer semestre de este año, la reducción fue de 17,4% en volumen, es decir, 11 millones de cajas de 18 kilos menos.
Pese a esto, Sánchez aclaró que el empleo directo, estimado en 42.000 puestos, no se ha visto afectado, ya que las plantaciones deben atenderse permanentemente. Las principales zonas bananeras se ubican en la vertiente del Caribe.
Por su parte, Fabián Segura Cerdas, presidente de la Cámara de Productores de Papa, señaló que los malos resultados responden a una combinación de efectos climáticos e importaciones, lo que ha provocado una caída en los precios y, con ello, una reducción de ingresos para los productores, sin beneficios claros para los consumidores.
“Los márgenes de intermediación no se ven claros para el consumidor”, opinó Segura.
La piña, principal producto agrícola de exportación de Costa Rica, está entre los que se salvó de la actual dinámica.
Abel Chaves, presidente de la Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Piña (Canapep), dijo que las ventas al extranjero crecieron 2% en el primer semestre del 2025 con respecto al mismo periodo del 2024.
“La piña se ha mantenido en la línea de crecimiento, es uno de los pocos productos que lo ha logrado”, declaró Chaves.
Clamor por diálogo
El presidente de la CNAA insistió en que llevan tiempo pidiendo diálogo con el gobierno para analizar los factores que afectan al agro, tanto estructurales como coyunturales.
Sostuvo que en esa mesa deberían discutirse soluciones al cierre constante de la ruta 32 (entre San José y Limón), la eficiencia de puerto Caldera y el comportamiento del tipo de cambio.
Guido Vargas, secretario general de la Unión de Pequeños Productores Agropecuarios Costarricenses (UPA Nacional), aseguró que es “totalmente evidente” que el agro está en recesión, tanto en la producción de consumo interno como en la de exportación.
Vargas denunció que ya se han registrado despidos en empresas agrícolas. “Es una lista grande”, afirmó, y señaló que los problemas también provienen de los altos costos de producción y la deficiente infraestructura en puertos y carreteras.
“El gobierno no ha presentado un plan concreto para la reactivación del sector agrícola. En su mayoría somos micro y pequeños empresarios. No se está tomando en cuenta la multifuncionalidad del campo y el aporte a las zonas rurales”, reclamó el dirigente.
La pesca también afronta dificultades. Martín Contreras, de la Cámara de Pescadores de Guanacaste, señaló que las afectaciones en la actividad se deben a los efectos del cambio climático, fluctuaciones en el precio y saturación en los mercados que provoca una caída en los precios.

¿Es recesión?
El economista Víctor Umaña afirmó que el agro está en recesión “desde que empezó este año”, al llevar más de seis meses consecutivos en números negativos.
Entre las causas mencionó la política comercial de Estados Unidos, las restricciones en Europa, el tipo de cambio, los altos costos de producción, los impuestos a los salarios, el precio de la electricidad y los agroquímicos.
“En general, hay un abandono completo de las instituciones del sector público. No hay un liderazgo que promueva una agricultura más productiva, más competitiva y más sostenible. Se puede cerrar hoy el Ministerio de Agricultura y no pasa nada”, opinó Umaña.
El economista recalcó que el agro necesita un tratamiento especial por sus fallas de mercado.
“Si no hay intervención del Estado, la agricultura está condenada al fracaso”, advirtió. Además, subrayó que es de los pocos sectores que aún genera empleo en zonas rurales.
“El país está sumido en una crisis: menos producción agrícola, pérdida de empleos y lo que lo sustituye son actividades ilegales”, aseveró Umaña.
El analista y consultor económico Luis Vargas Montoya coincidió en que ya se puede hablar de recesión en el agro con base en los datos. Destacó que se trata de un sector clave para la economía por su aporte al empleo, especialmente en territorios dependientes de la agricultura.
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“El país urge de una política productiva. Lamentablemente, llevamos años sin una estrategia dirigida al sector. Esta recesión obliga a pensar en soluciones concretas en financiamiento y acceso a mercados de exportación”, señaló.
Por su parte, Gerardo Cortés, economista y docente de la Universidad de Costa Rica (UCR), explicó que la caída en la producción para el mercado interno responde a la desaceleración de la demanda, producto del menor dinamismo en comercio y turismo.
“Se ocupa una política sectorial clara y sin ambigüedades. Hoy no existe y los diferentes sectores del agro perciben incertidumbre. Basta con estudiar lo que otros países hacen para entender que nuestra brújula agropecuaria está perdida”, concluyó Cortés, en un análisis conjunto con los académicos Alberth Campos y Javier Paniagua.

