El gasto de consumo de los hogares costarricenses reportó al tercer trimestre de este año un crecimiento del 3,2% comparado con el mismo periodo del 2021, y se convirtió en el cuarto trimestre consecutivo de desaceleración, aunque todavía la evolución es mayor a la que se registró en el 2019, previo a la pandemia.
Así se desprende de los resultados del producto interno bruto (PIB) por los componentes del gasto, publicados por el Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Los datos muestran que la producción del país, entre julio y setiembre de este año, creció un 3,7% respecto al mismo lapso del año anterior.
En su Informe de Política Monetaria, divulgado en octubre pasado, el Banco Central previó una baja en el consumo de los hogares costarricenses como consecuencia del incremento de la inflación en el país, a raíz del alza en materias primas.
Dicho panorama reduce el poder adquisitivo de las familias y las empresas, lo cual desacelera el consumo privado y deteriora la confianza de los consumidores, argumentó la entidad.
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“Los incrementos del tipo de cambio en el primer semestre y de las tasas de interés, el proceso inflacionario que ha experimentado el país, así como el deterioro en los términos de intercambio, han reducido el ingreso disponible de los hogares y también explican la moderación en el crecimiento de esta variable”, explicó el ente emisor.
Para el 2023, el BCCR prevé que el consumo privado (hogares y empresas) crezca un 3,1%. El gasto estaría fundamentado, principalmente, en compra de servicios, seguido de los bienes no duraderos y, por último, los bienes duraderos.
Otros resultados
Al tercer trimestre de este año, según los componentes del gasto, el gasto de consumo final del Gobierno aumentó un 2,5%, al tercer trimestre de este año, y la formación bruta de capital (inversión) reportó una variación negativa del 3,1%.
La inversión del sector privado no registraba una contracción desde el cuarto trimestre del 2020, cuando fue de -3,2%, pues en el 2021 y hasta la primera mitad del 2022, se dio un crecimiento.
En el caso de las exportaciones de bienes y servicios, hubo un crecimiento interanual del 11,9%, al tercer trimestre de este año, y las importaciones de un 5,4%.
El crecimiento en el gasto del Gobierno, durante este año, se explica por la educación pública y la salud, en especial, por la atención de la pandemia. Sin embargo, el Banco Central prevé una moderación en los egresos del Ministerio de Educación Pública el próximo año.
“Para el 2023, se supone que todas las entidades públicas aplican la directriz de contención en las remuneraciones, compra de bienes y servicios, así como la política de contratación de nuevas plazas”, explicó la entidad.
El fenómeno será diferente en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), pues se estima una aceleración en la contratación de nuevos profesionales en salud y en la compra de bienes y servicios; como efecto de la operación de la entidad y por el portafolio de inversiones.
Del lado de la inversión productiva, en el Informe de Política Monetaria se proyecta un incremento del 2,8% para el próximo año, impulsado por la compra privada en maquinaria y equipo de origen importado para actividades de manufactura y servicios.
Sin embargo, habría un menor gasto de inversión en obras de infraestructura, tanto privadas como públicas.
La construcción privada tendrá un modesto crecimiento del 0,1%, en el 2023, frente a este año, por obras de tipo no residencial y edificios de apartamentos.
La infraestructura estatal caería, el próximo año, por la contracción de obras en carreteras, caminos, puentes, el sector municipal y de generación de energía. Mientras que solo se prevén trabajos en edificios del Poder Judicial, reforzamiento de la sede del Banco Popular e infraestructura de salud de la CCSS.

