Luego de choques por la forma en la cual se pretendía vigilar y controlar las importaciones del producto, los tostadores y el Instituto del Café de Costa Rica (Icafé) llegaron a un consenso, por lo que el proyecto de ley acordado ya puede avanzar en la Asamblea Legislativa.
El acuerdo entre las partes permitió redactar un texto sustitutivo, en el cual se aclaran los puntos de discordia. Especialmente se aclararon los contenidos de una norma técnica que se exigiría para las importaciones, los contratos para consumo nacional y el seguimiento que se daría al café importado en bodegas y otros sitios.
La inquietud había partido del Icafé por el creciente ingreso de café de otros países, particularmente de Nicaragua y Honduras. Las compras de café en el exterior tuvieron un fuerte salto entre el 2018 y el 2019, pues pasaron de 102.714 sacos de 46 kilos (quintales) a 301.235 unidades de ese peso, según datos solicitados al Instituto.
Ese incremento del 193%, así como importaciones de volúmenes notables de los últimos años, llevaron al Icafé a plantear reformas a su ley para vigilar y controlar las importaciones. Al emitirse la actual ley no se tenía ni pensado que se necesitarían compras al exterior del grano.
Entre el 2014 y el 2019 se importaron a Costa Rica un poco más de un millón de quintales.
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Empero, los tostadores en primeras instancia y luego con el apoyo de los comerciantes se quejaron por un supuesto intento de limitar las importaciones de café, mediante reformas que le darían controles muy fuertes al Instituto.
La Cámara Nacional de Tostadores de Café señaló, además, que las compras en el exterior se realizan porque el café local se exporta en su mayoría y que no se compra grano de cualquier calidad en otros países.
El 17 de febrero anterior, los tostadores apoyados por cámaras del sector comercio denunciaron públicamente la situación. Afirmaron que las modificaciones pretendidas atentaban contra la libertad de libre comercio, de contratación y de libre negociación de precios.
Diálogo
La directora ejecutiva del Icafé, Xinia Chaves, y el presidente de la Cámara Nacional de Tostadores de Café, José Manuel Hernando, declararon por separado que hubo un acercamiento mediante el cual se aclararon las dudas y se acordó una redacción de consenso para los textos.
Según Chaves, se aclaró a los tostadores que el café de importación no quedaba sometido a la firma de contratos de consumo, pues eso solo aplica al grano de Costa Rica y es un instrumento útil para estimar el pago al productor. En este punto, para evitar eventuales malas interpretaciones se agregó “café de Costa Rica”.
Inicialmente se planteó realizar la corrección en este tema de los contratos mediante un reglamento a la ley, pero el sector tostador dijo que tendría más seguridad hacerlo en el texto propiamente de la ley.
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El otro tema de discordia fuerte era el de la obligatoriedad de la nota técnica para café importado, pues ya existe este requisito para el café de exportación. La inquietud era para conocer qué se exigiría o qué contendría esa nota técnica.
Por tal razón, las partes acordaron dejar claramente definidos los aspectos a tomar en cuenta para este requisito.
Además, se aclaró el tema para darle seguimiento al café importado luego de que ingrese a territorio nacional. En este punto, el grano se almacenará en bodegas debidamente autorizadas por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y se establecieron parámetros para seguir su trazabilidad.
La idea de este último punto es mantener una distinción entre el grano importado y el de producción local.
La directora del Icafé destacó la disponibilidad de las partes para el diálogo, lo cual permitió llegar al texto de consenso que, se espera, sea discutido pronto en el plenario de la Asamblea Legislativa.
