San José.
Cambios puestos en marcha por el Instituto Nacional de Seguros (INS) en el seguro de cosechas, entre ellos adecuar las primas a la susceptibilidad de siniestros en cada cultivo, permitió diverisificar la cantidad de sectores que contratan el servicio además de los arroceros, particularmente cafetaleros y piñeros.
Para democratizar el seguro de cosechas, los primero que se hizo fue separar la tarifa de una masa general, basada en los grados de siniestralidad del arroz en secano y calcularla individualmente para cada grupo, explicaron el presidente ejecutuvo del INS, Élian Villegas, y la asistente de la presidencia, Gina Carvajal.
Tras esa esa separación, la entidad informó de que utilizó el concepto de tarifas experimentales. Esto permitió, detalló Carvajal, tener tarifas sumamente bajas, como por ejemplo de 3% sobre el valor del avío (costo de producción por hectárea) en café, la cual incluso puede bajar a un 2,5% sobre el avío con un plan de descuento.
"En caña –agregó Carvajal– llegamos a una tarifa de 1,1% que también es sumamente baja. Un ejemplo, en café pagan como ¢23.000 por hectárea y con una productividad de 40 fanegas no están pagando ni ¢1.000 por la fanega".
Aunque en general apoyó los cambios en los seguros agrícolas, el presidente de la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz), Eliécer Araya, se quejó de que el sistema está dejando por fuera a zonas donde se cultiva el grano en secano, es decir, sin irrigación. Esta situación, advirtió Araya, causará trastornos en varias zonas a productores, pues por ejemplo, una entidad bancaria ya comunicó que no financiará cultivos donde no haya riego.
El seguro de cosechas ha sido cuestionado en especial por el sector arrocero costarricense, pues se considera inaccesible por los altos precios. Incluso, en enero del 2016, el INS decidió suspender temporalmente el seguro que era acaparado por productores arroceros, porque acumulaba pérdidas de ¢4.141 millones entre el 2012 y el 2015.
DEL ARCHIVO: INS suspende seguro para cultivo de arroz por pérdidas
La suspensión se hizo temporalmente, en aquella ocasión, para hacer ajustes al servicio.
Con la nueva metodología incluso los productores de arroz se han visto beneficiados, pues los precios bajaron de hasta el 18% del avío a tarifas que rondan el 8% y el 7% en secano, dijeron Villegas y Carvajal. Además, señalaron, se pusieron controles a la siniestralidad para evitar aumentos de tarifas desproporcionados.
Esa variación de precios está distorsionada por el INS, según Araya. Eso porque tradicionalmente el valor del seguro de cosechas para arroz fue de entre 7% y 8% del precio del avío (costo de producción hectárea) y el INS lo subió para ahora volverlo al precio común y decir que lo redujo, según el dirigente arrocero.
Más cambios. Otros de los ajustes puestos en vigencia desde noviembre del 2016 fueron alianzas con los bancos, de tal manera que esas entidades de financiamiento han reconocido el seguro como garantía, en lugar de hipotecas, fianzas y pagarés, de acuerdo con la versión del INS. De esa manera, se evita el peligro de que los agricultores pierdan sus fincas y terrenos, resaltó Villegas.
El seguro también da prioridad ahora a agricultores ligados con organizaciones y empresas, las cuales se adhieren al programa y se pone también como garantía la cosecha entregada a beneficios de café, ingenios de caña o plantas empacadoras de productos.
Carvajal explicó que también se optó por tecnificar el seguro, con el objetivo de mantener controles sobre la siniestrabilidad. Para ello, se pide a los contratantes del seguro una historia con las estadísticas de los cinco últimos periodos de rendimiento, para poder darles un seguro de rendimiento justo.
Junto a eso se contrataron nuevos inspectores, se les dotó con la tecnología GPS, se les capacitó en técnicas avanzadas y se están realizando inspecciones en las fincas sin que hayan siniestros. Esto derivó en que se hicieran ajustes manuales de cada uno de los cultivos para controlar la siniestrabilidad y evitar que se suban mucho las tarifas.
Anteriormente, se exigía una certificación de la calidad de semillas en todos los casos, emitida por la Oficina Nacional de Semillas. Ahora, se recibe información de entidades especializadas, como el Instituto del Café de Costa Rica (Icafé), que envían una lista de material certificado por ellos y que se puede utilizar al momento de contratar y otorgar un seguro.
De acuerdo con Villegas, los ajustes han permitido cumplir el objetivo de ampliar la cantidad de sectores que adquieren el seguro, así como el número de pólizas vendidas. Poco a poco, agrega Villegas, una mayor cantidad de sectores y de pólizas permiten más ingreso y probablemente reducir precios en lugar de subirlos como se hacía anteriormente.
El INS informó de que la concentración en pólizas arroceras era de 95% antes de los ajustes y que ahora se bajó a un 70%.
En 30 años, destacó Carvajal, no se habían tenido contratos en café y ahora ya se cuenta con 1.000 hectáreas aseguradas, mientras que en piña se pasó de cero a 450 hectáreas actuales.
La cantidad total de hectáreas aseguradas pasó de 6.064 en el 2014 a 9.789, en el 2016.