
Un equipo internacional de investigadores diseñó un microrobot del tamaño de un grano de arena que logra navegar por el sistema circulatorio y entregar medicamentos de forma precisa en zonas específicas del cuerpo.
Los resultados del estudio se publicaron este jueves 13 de noviembre en la revista Science. Las pruebas con cerdos y ovejas demostraron que la tecnología logró distribuir fármacos de manera ultradireccionada, sin provocar efectos secundarios generalizados.
Este avance plantea la posibilidad de iniciar una nueva etapa en el tratamiento de enfermedades que requieren intervenciones localizadas, como ciertos tipos de tumores cerebrales o bloqueos vasculares capaces de causar un accidente cerebrovascular (ACV).
Control magnético en movimiento real
El robot funciona como un vehículo que transporta medicamentos y nanopartículas de óxido de hierro. Gracias a estas partículas, los científicos lograron guiar el dispositivo con campos magnéticos externos, lo que permitió moverlo con precisión milimétrica dentro del cuerpo.
Una vez que el dispositivo alcanza el área de tratamiento, se aplican pulsos magnéticos rápidos que calientan la cápsula y provocan su ruptura, lo que libera el medicamento justo en el sitio deseado.
En los experimentos realizados, el 95% de las aplicaciones coincidió con el punto objetivo. Para lograrlo, el microrobot se insertó por medio de un catéter, avanzó por las paredes de los vasos, nadó contra la corriente sanguínea e incluso aprovechó el flujo para alcanzar velocidades de hasta 40 cm/s. Todo el recorrido se controló en tiempo real mediante imágenes de rayos X.
Bradley Nelson, ingeniero mecánico del Instituto Federal Suizo de Tecnología (ETH Zürich) y líder del proyecto, indicó que el diseño del robot tardó 20 años en concretarse. El reto fue integrar las propiedades de biocompatibilidad, magnetismo, capacidad de transporte y liberación de fármacos en una sola plataforma funcional.
Aunque todavía no se realizaron ensayos en humanos, los investigadores resaltaron que el cuerpo de los cerdos y las ovejas tiene dimensiones comparables al humano, y que los componentes utilizados demostraron ser biocompatibles.
Menos toxicidad, mayor seguridad
Según los desarrolladores, uno de cada tres medicamentos que no llegan al mercado fracasa por presentar niveles de toxicidad elevados. Este robot podría reducir ese riesgo al aplicar cantidades muy pequeñas de fármaco en el punto exacto del cuerpo donde se necesita, lo que disminuye significativamente la posibilidad de efectos adversos.
Actualmente, la investigación se encuentra en fase preclínica. Los próximos pasos incluyen determinar cómo el cuerpo procesa y elimina los residuos de nanopartículas tras la disolución del robot.
Si los avances continúan sin inconvenientes, los expertos prevén que las primeras aplicaciones médicas en humanos podrían volverse realidad dentro de una década.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
