
En 2015, un hombre encontró una roca que parecía contener oro. Intentó abrirla por todos los medios. Solo años después descubrió la verdad.
En Maryborough, una ciudad australiana con pasado vinculado a la fiebre del oro, David Hole utilizaba un detector de metales cuando localizó una roca diferente a cualquier otra. El objeto, de color rojizo y considerable peso, se encontraba en una capa de arcilla amarilla a unos 2 kilómetros del centro de la ciudad, en el estado de Victoria.
David creyó que había encontrado una roca con oro en su interior. La llevó a su casa con la esperanza de abrirla. Durante días intentó todo tipo de métodos. Usó sierras, taladros, ácido y hasta un mazo. Nada logró fracturar la piedra.
En 2018, tras varios intentos fallidos, David decidió llevar el objeto al Museo de Melbourne. Allí, los expertos Dermot Henry y Bill Birch sospecharon desde el primer momento que se trataba de algo muy distinto. Tras un análisis técnico, confirmaron que no era una roca cualquiera: era un meteorito.
Los científicos identificaron que la pieza pertenecía al tipo H5 de condrita ordinaria, una clase de meteorito que contiene esferas cristalizadas llamadas cóndrulos. Estas se formaron durante el origen del sistema solar por la fusión rápida de partículas en nubes de polvo cósmico.
Más antiguo que el oro
Este objeto, conocido como el meteorito de Maryborough, pesa 17 kilos y mide 38,5 x 14,5 x 14,5 centímetros. Su edad estimada es de 4.600 millones de años. Según los investigadores, lo más probable es que proviene del cinturón de asteroides ubicado entre Marte y Júpiter.
En todo el estado de Victoria solo se han descubierto 17 meteoritos, y este es el segundo más pesado. El más grande pesa 55 kilos.

Una reliquia del espacio con miles de años en la Tierra
Los análisis de carbono 14 sugieren que este meteorito pudo haber caído en la Tierra hace entre 100 y 1.000 años. En Maryborough se reportaron avistamientos de meteoros entre 1889 y 1951, por lo que no se descarta que haya ingresado a la atmósfera en tiempos recientes.
Los expertos señalaron que los meteoritos ofrecen una oportunidad única para estudiar el universo. Algunos contienen moléculas orgánicas como aminoácidos, los componentes básicos de la vida. Otros incluso albergan polvo de estrellas anterior al propio sistema solar.
El estudio completo del meteorito de Maryborough fue publicado en la revista científica Proceedings of the Royal Society of Victoria.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
